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Recientemente diversas diputadas catalanas han solicitado revisar cientos de casos de menores donde se les ha aplicado de una forma negligente el SAP. Durante años la Unidad Funcional de Absuos al Menor (UFAM) del hospital Sant Joan de Déu realizó diagnósticos descartando los posibles abusos sexuales a menores a través de la aplicación del SAP y culpabilizando a las madres. Dicha ocurrencia, como se sabe, está rechazada por la comunidad científica internacional y legalmente en nuestro país tampoco se puede utilizar este “síntoma inventado” en causas judiciales. 

A pesar de ello, se sigue aplicando e incluso, como es el caso más reciente que hemos recibido, una jueza lo sostiene como principal motivo para quitar la custodia de los hijos a una madre, otorgando la custodia al padre que agredió sexualmente a su hija.

El sistema social de Cataluña está permitiendo que a dicha hija se le quite del lado de su madre, se la envíe a un centro de menores para “desprogramarle”, según estos expertos/as hay que desprogramar el sentimiento de rechazo a su padre, para luego obligarla  a vivir con él. A estos “supuestos” profesionales podríamos preguntarles cuál de ellos o ellas aceptarían ser obligados a vivir con alguien al que no quieren o con alguien que les ha agredido sexualmente. Ninguno de ellos ni ellas. En cambio, son capaces de obligar a una menor a tal tortura emocional, y a terapias no avaladas por la comunidad científica. No tienen corazón, ni humanidad, pero tampoco profesionalidad. No les importa en absoluto su bienestar, y la sanción debería ser contundente: quitarles la licencia que avala su ejercicio profesional tanto en el ámbito judicial como psicológico, puesto no están aplicando las evidencias científicas que garantizan el mejor tratamiento en un caso de abuso sexual; en lugar de ayudar a la niña o al niño a mejorar, lo empeoran. Una institución que permite tal agresión y desprotección de una menor está siendo cómplice de perpetuar la agresión sexual hacia ella. 

Y la pregunta es dirigida directamente a Servicios Sociales de Cataluña, ¿hasta cuándo van a seguir mirando hacia otro lado? Nos consta que tienen esta información, nos consta que saben de la gravedad del problema, nos consta que todavía no han diseñado un plan urgente de protección a estos menores. Sí están diseñado un plan de mejora de funcionamiento de los servicios sociales centrados en la persona, es un avance, pero de nada sirve si tienen la información que cientos de menores en Cataluña están en una situación muy grave de vulneración de sus derechos, y de su seguridad, obligados/a a ver a su agresor sexual y no hacen nada por protegerlos. 

Es urgente aplicar las evidencias y actuar como realmente se espera de una institución como Servicios Sociales, en función del interés superior de la niña o niño, y no en sumisión a los intereses ocurrentes de algunos profesionales, e incluso de los propios agresores.

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