El pasado jueves una joven india de 23 años fue quemada por un grupo de hombres cuando iba a comparecer ante un tribunal para declarar sobre la violación que sufrió en diciembre del año pasado. No logró sobrevivir y el sábado murió después de este brutal ataque. Entre sus asesinos estaba el presunto violador.
Según europa press, el asesinato ocurrió en la estación de tren de Unnao, al norte del país. La joven fue trasladada a un hospital de Nueva Delhi con quemaduras en el 95% de sus cuerpo. En el hospital pudo contar lo que le sucedió. Fue golpeada, apuñalada y quemada por cinco hombres e identificó al violador. Acabó sufriendo un ataque al corazón, según informó el doctor Shalabh Kumar, jefe de la unidad de quemados del hospital de Safdarjung.
La mujer denunció que fue violada a punta de pistola el 12 de diciembre de 2018 y su violador fue liberado la semana anterior según fuentes policiales. Una vez más, la ley del silencio se impone de manera brutal asesinando a una mujer para silenciarla con la complicidad de los que dieron apoyo al agresor.
Para lograr acabar con la violencia de género es necesario acabar con la complicidad de los testigos y de la comunidad, como ya se está demostrando en diferentes contextos. El rechazo público a estas agresiones por parte de toda la ciudadanía, incluido el grupo de iguales, ayudará a romper la ley del silencio. Si las víctimas sienten protección y apoyo se sentirán más seguras para poder denunciar y tener éxito tras la denuncia. También se logrará demostrar a los agresores que están solos.
La protección a las mujeres y hombres valientes que dan el paso de denunciar es uno de los retos que la sociedad tiene por delante. Porque romper el silencio no debería nunca ni dejarte expuesta a un cuestionamiento de tu vida y libertad sexual, ni poner en riesgo tu vida.
