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Margarita Salas. Twitter de Ciencia en el Parlamento

A causa de una parada cardiorrespiratoria tras una complicación de una dolencia digestiva por la que llevaba tres semanas en observación, el pasado 7 de noviembre falleció a los 80 años de edad Margarita Salas Falgueras, científica de referencia a nivel internacional e inspiración para las mujeres españolas.

Salas nació en Canero, Asturias, en 1938. Hija de un padre médico, se trasladó junto a su familia a Gijón cuando tenía un año de edad. Sus padres siempre la animaron, tanto a ella como a su hermana y a su hermano, a realizar una carrera universitaria y las hermanas Salas jamás sufrieron discriminación respecto a su hermano varón. Así fue como la pequeña Margarita, después de estudiar en un colegio de monjas y finalizar el bachiller, llegó a la época en que debía escoger qué carrera estudiar. A la joven le gustaban tanto las Humanidades como las Ciencias pero, cuando llegó el momento de decidir, se decantó por las Ciencias.

Durante sus años de carrera, Margarita fue poco a poco descubriendo su pasión por la ciencia y, en especial, por la Química. Conoció al científico español Severo Ochoa, quien la ayudó en muchas ocasiones a la hora de seguir con su carrera académica y laboral como científica. Durante su último curso conoció también al que sería su marido y compañero de vida, Eladio Viñuela. Eladio y Margarita compartían la misma pasión por las ciencias así que, desde el instante en el que se conocieron, no se separaron ni un solo momento y siguieron trabajando juntos en su pasión.

Cuando llegó el momento de hacer la tesis doctoral, Severo Ochoa le recomendó que la realizara bajo la dirección de Alberto Sols, un bioquímico español de la época de los sesenta. Y, aunque fue recomendada por Ochoa, Margarita tuvo que sufrir las discriminación de género durante su tesis doctoral, pues había muchos que no confiaban en el trabajo de una mujer en la ciencia. Aun así, consiguió ir a Nueva York durante tres años y trabajar con Ochoa. Por aquella época contrajo matrimonio con Eladio y ambos trabajaron como becarios en el CSIC.

Lo fascinante es que Margarita y Eladio trabajaron juntos en el virus phi29. Consiguieron financiación del Memorial Fund for Medical Research y, a su regreso a España, Margarita volvió a sentirse discriminada. Siendo una de las muy pocas mujeres de la época que se dedicaban a la ciencia, y aunque dentro del equipo no tuvo problemas con sus compañeros de trabajo, de cara al exterior era conocida como “la mujer de Eladio Viñuela”. A su marido, Eladio, eso le parecía tremendamente injusto. Así que, con el fin de que el trabajo de Margarita fuera reconocido como se merecía, inició una investigación acerca de la peste porcina africana y dejó la dirección de la investigación del virus phi29 exclusivamente en manos de Margarita. Este gesto fue admirable puesto que demuestra que hay hombres que apoyan a las mujeres y contribuyen a un mundo más igualitario. Eladio y Margarita fueron unos referentes fascinantes del amor y del éxito conjunto. 

Finalmente, Margarita fue conocida como la descubridora del ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29 y como autora de la patente más rentable del CSIC, aparte de otros logros suyos, como ser elegida Académica de la RAE en diciembre de 2001.

Margarita Salas será, pues, recordada siempre como una de las mujeres que contribuyó a la presencia de las mujeres en la historia de la ciencia española.

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