El viernes 18 de octubre, en Madrid, el Observatorio de las Finanzas Éticas ha presentado públicamente los resultados del Barómetro de las Finanzas Éticas y Solidarias 2018. En la presentación se ha destacado que el objetivo último de este tipo de entidades es la transformación social y que pueden jugar un papel primordial en la democratización y en la transparencia de las finanzas.
Precisamente la banca ética nació para dar respuesta a las personas que quieren que su ahorro se gestione de una forma más consciente y responsable, bajo los criterios de desarrollo humano y social sostenible.
Pero la banca ética destaca, no solo por su impacto positivo, sino por ser más efectivo en algunos aspectos como, por ejemplo, demuestran los datos respecto a la tasa de morosidad que en el año 2018 se ha situado en el 1,68% mientras que el de la banca tradicional fue del 5,81%.
En su intervención, Sandra Castañeda, de Triodos Bank, una de las principales bancas éticas del estado, ha recalcado que “Somos conscientes de que va a haber algunos lavados de imagen y tenemos que estar atentos para que el cambio se dé de forma real. Por ejemplo, la transparencia es vital, ¿cómo puede ser que no sepamos en que está invirtiendo nuestro banco?”
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