A pesar de haber llegado a España a los 13 años sin conocer la lengua, V había terminado el bachillerato con el segundo mejor expediente de su instituto. Cuatro años después obtuvo el Premio Extraordinario de Licenciatura en Sociología por tener el mejor expediente de su curso. Sin embargo, nada más denunciar a DM cuando ya estaba cursando el máster de Sociología, profesorado que le había calificado con matrícula comenzó a decir que no era inteligente.
Ese era el caso de la profesora B. Le había puesto matrícula en la asignatura de la licenciatura y alabado mucho en público. Sin embargo, después de su denuncia, se propuso hundirla en el máster. La humillaba públicamente diciendo en la clase que no entendía cómo había logrado terminar la licenciatura, consiguiendo así que la mayoría del alumnado se sumara al desprecio. Cuando V exponía un tema, decía públicamente que no la entendía, que quizá era un problema lingüístico (haciendo referencia racista a su origen inmigrante); y mandaba pasar a la siguiente presentación evitando el debate que normalmente tenía lugar al final de cada una. Estaba claro que su objetivo era suspenderla y así fomentar el rumor sobre cómo había logrado tan buenas notas en el pasado.
Lejos de quedarse en el papel de víctima, V actuó con mucha más inteligencia que ese tipo de profesorado. B llevaba unos 25 años en la universidad y no tenía ni una sola evaluación científica aprobada. En lugar de dar como bibliografía artículos científicos, imponía artículos de periódicos, en lugar de dar libros actuales, proponía otros obsoletos. V usó la bibliografía impuesta, pero añadió artículos científicos de primer nivel y libros actuales de los mismos autores que seguía B. Hizo y presentó un trabajo mucho mejor de lo que la profesora haya hecho nunca. Si la hubiera suspendido o puesto una nota baja, V hubiera hecho público su trabajo dejando claro en la comunidad científica lo que había hecho con ella esta profesora. Le puso un sobresaliente.
Para V la nota que pusiera esta profesora no era ningún indicador de calidad, pero sí que era muy importante para que otras chicas se atrevieran a denunciar al saber que si actuaban con inteligencia la represalia consistente en bajar sus calificaciones no sería muy grande. V ya ha publicado sus trabajos en revistas de un nivel científico muy superior al que pueden llegar las profesoras y profesores que después de su denuncia comenzaron a decir que no era inteligente. Ahora ya está muy claro, en su universidad y en algunas de las mejores universidades del mundo, que ella es mucho más inteligente que ellas y ellos.
Coordinadora del Metoo University
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