Tras los devastadores terremotos ocurridos el pasado 28 de marzo en Myanmar, que dejaron miles de personas desplazadas y comunidades enteras afectadas, ONU Mujeres sigue alertando del aumento del riesgo de violencia de género, en especial contra mujeres y niñas en situación de emergencia.
La agencia de Naciones Unidas advierte que, como ha ocurrido en otras crisis humanitarias, los desastres naturales generan un entorno de mayor vulnerabilidad. La interrupción de servicios básicos, el colapso de estructuras comunitarias y el hacinamiento en refugios temporales incrementan significativamente el riesgo de abusos, explotación sexual, trata de personas y matrimonios forzados.
ONU Mujeres hace un llamado a los gobiernos, organismos internacionales y organizaciones locales a priorizar la protección de los derechos de las mujeres y niñas en la respuesta humanitaria. Entre las recomendaciones se incluye la instalación de espacios seguros para mujeres, la inclusión de perspectiva de género en la distribución de ayuda y la capacitación del personal humanitario en protocolos de prevención de violencia sexual.
“El terremoto ha puesto en evidencia, una vez más, que la desigualdad de género no desaparece en momentos de crisis, sino que se agrava”, señala el comunicado oficial publicado por ONU Mujeres. Asimismo, se subraya la importancia de escuchar las voces de las mujeres afectadas e involucrarlas activamente en la planificación y ejecución de los planes de recuperación. La equidad no puede esperar a la reconstrucción.
Respuesta humanitaria y desafíos
Tres semanas después del desastre, los esfuerzos de recuperación se ven obstaculizados por réplicas continuas y una grave escasez de recursos. Más de 65,000 estructuras han sido destruidas, dejando a miles sin hogar. La Cruz Roja Internacional enfrenta una falta de financiamiento significativa, habiendo recibido solo el 10% de los fondos necesarios para su operación de ayuda. AP NewsReuters
La comunidad internacional continúa instando a una respuesta coordinada que priorice las necesidades de las mujeres y niñas afectadas. La implementación de enfoques sensibles al género en la distribución de ayuda y la reconstrucción es esencial para garantizar una recuperación equitativa y sostenible en Myanmar.
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