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Investigaciones científicas desde la psicología y la pedagógica ilustran cómo las interrupciones externas en las aulas es un hecho frecuente y habitual que pueden socavar la participación del alumnado, requiriendo altos grados de regulación volitiva para superar las distracciones ambientales frecuentes y disminuye las oportunidades de aprendizaje al reducir la cantidad de tiempo de instrucción. 

Para saber más sobre las consecuencias de las interrupciones en los entornos de aprendizaje del alumnado, la investigación, The Big Problem With Little Interruptions to Classroom Learning, publicado en ´AERA Open´ aporta un sólido respaldo empírico a las narraciones existentes sobre los efectos nocivos de las interrupciones externas en la enseñanza en el aula y el entorno de aprendizaje. El estudio involucró dos fuentes de datos y muestras principales: las personas que administraban el distrito escolar de Rhode Island (Estados Unidos) encuestado sobre el clima escolar y 41 escuelas secundarias con un total de 1576 docentes y 13 958 estudiantes. A través dos instrumentos, las encuestas y la observación de aula, se arrojaron datos de cómo las interrupciones de clases fueron regulares e inesperadas tanto a lo largo de los períodos de clase como a lo largo de la jornada escolar. La investigación indica las múltiples formas en las que interrupciones aparentemente pequeñas pueden tener perturbaciones que afectan negativamente a los entornos de aprendizaje del aula como: efectos negativos en la perdida de oportunidades de aprendizaje por parte del alumnado, con un promedio total perdido de 60 minutos de clase a lo largo de un día escolar completo que implica un acortamiento de los períodos de clase y por tanto del tiempo efectivo de aprendizaje. Los hallazgos sugieren que los y las líderes escolares pueden minimizar las interrupciones externas creando una cultura que priorice el tiempo de instrucción, instituyendo mejores protocolos de comunicación y abordando los desafíos que plantea la tardanza del alumnado. A pesar de los desafíos que suponen las interrupciones externas, tanto la administración como el profesorado contamos con las herramientas necesarias para abordarlos como implementar sistemas y prácticas escolares que trasladen la comunicación a plataformas y horarios distintos a los de las clases, así como establecer normas colectivas que consideren “el tiempo de instrucción como sagrado”. De este modo, reducir las interrupciones innecesarias se transforma en una estrategia sencilla y gratuita para maximizar el tiempo de aprendizaje.

En este marco, quienes aplicamos Actuaciones Educativas de Éxito como: Grupos Interactivos
sabemos que representa una acción decisiva para optimizar el aprovechamiento del tiempo en el aula. Al organizar sesiones en pequeños grupos estando muy pendientes del tiempo de dedicación a cada uno, se minimizan las interrupciones y se aprovecha al máximo cada minuto dedicado al aprendizaje. Además, se valora el tiempo que el voluntariado invierte en apoyar al alumnado, garantizando que todos alcancen los mejores resultados por lo que se evitan perdidas de tiempo o interrupciones. También las Tertulias Dialógicas permiten la participación igualitaria aprovechando cada minuto de clase y promoviendo que cada voz sea escuchada haciendo valer el principio dialógico de la solidaridad que se manifiesta cuando quien ha hablado cede la palabra o sintetiza su comentario, permitiendo que otros compartan sus ideas sin que se pierda ninguna aportación y haciendo que el tiempo sea aprovechado al máximo.

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