Hoy se celebra el 25 de noviembre, Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer y queremos visibilizar por una parte, que este tipo de violencia también se da en el deporte, y por otra, recordar que todos y todas podemos actuar para frenarla y erradicarla.
Naciones Unidas publicó un informe en agosto de 2024 con datos sobre la violencia de género que están sufriendo mujeres y niñas en el deporte. Uno de los datos es que se calcula que el 21 % de las niñas de todo el mundo han sido víctimas de alguna forma de abuso sexual al menos una vez durante su infancia deportiva según la ONU.
También recoge investigaciones rque evelan la prevalencia de la violencia sexual en las relaciones entre entrenadores y deportistas, que a menudo tiene lugar en los vestuarios. Debemos saber que algunas mujeres y niñas son víctimas de trata en el deporte. Por ejemplo, debido al aumento de la popularidad del fútbol femenino, las futbolistas, especialmente las que provienen de regiones en las que no se acepta la participación femenina en el fútbol, corren un mayor riesgo de verse afectadas por prácticas predatorias, que incluyen la trata.
Otro tema que se incluye dicho informe es que la supresión de los espacios para un solo sexo en el deporte también puede aumentar el riesgo de acoso sexual, abuso, voyerismo y agresiones físicas y sexuales en los vestuarios y cuartos de baño unisex. La insistencia en mantener espacios exclusivos para mujeres, junto con protocolos de salvaguarda y gestión de riesgos, surge de las pruebas empíricas que demuestran que los delincuentes sexuales suelen ser varones y que aquellos que son reincidentes hacen todo lo posible por tener acceso a las personas de las que desean abusar.
Estos datos han llevado a organismos internacionales como la UNESCO a hacer una llamamiento a la acción contra la violencia de género en el deporte. En este marco, se publicó un manual para crear un entendimiento común de la problemática y apoyar el desarrollo de políticas efectivas para combatir la violencia contra las niñas y mujeres en el deporte. Entre toda la información que aporta el manual, queremos destacar dos puntos del mismo que son el papel clave de la prevención y la educación en la salvaguarda y, las medidas y los mecanismos para hacer frente a la violencia contra las mujeres y las niñas una vez que ha tenido lugar, incluido el establecimiento de mecanismos de denuncia seguros y la aplicación de un enfoque de resolución centrado en las sobrevivientes.
En este manual se resalta que al igual que en el caso de la violencia de género en general, en el deporte existe el gran problema de que los casos de violencia de género no se denuncian lo suficiente. También resaltan que como ya sabemos las víctimas, sobrevivientes y denunciantes a menudo se muestran reacios a denunciar por temor a represalias para con ellos y sus familias o a repercusiones en el ámbito profesional. Las evidencias científicas nos han aportado una de las claves más relevantes para superar esta ley del silencio y es abordar la violencia de género aisladora protegiendo a quienes protegen a las víctimas para que cada vez haya más personas que no tengan miedo de actuar en favor de las víctimas.
Todos y todas somos parte necesaria a la hora contribuir a la erradicación de la violencia de género en el deporte, ser neutrales nos pone en el lado de la violencia, solo con un posicionamiento activo en contra de ella, nos situaremos del lado de las víctimas.
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