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A pesar de la creciente presión para implementar políticas contra el acoso sexual, el problema sigue sin resolverse en gran parte de las organizaciones de muchos países, según afirman las autoras de este artículo. 

Este estudio, The Impact of Anti-Sexual Harassment Policies on Sexual Harassment Prevention in the Workplace, de métodos mixtos utilizó una encuesta a 575 profesionales de la prensa y un análisis de 17 políticas contra el acoso sexual en Botsuana, Kenia, Malawi, Ruanda, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue para comprender la eficacia de las políticas contra el acoso sexual en la prevención y corrección del acoso sexual en el lugar de trabajo. 

Los resultados no muestran diferencias significativas en el acoso sexual experimentado o denunciado entre aquellas organizaciones que tienen una política anti-acoso y las que no la tienen. Solo el 30% de las personas participantes informó sobre sus experiencias negativas en el lugar de trabajo, que respondieron al 42% de los casos denunciados. El único impacto significativo medido en relación con las políticas se encontró en los y las participantes que habían recibido formación en el lugar de trabajo sobre la política y la posibilidad de que su organización actuara ante cualquier situación. 

Un análisis más general de las políticas anti-acoso mostró que estas contenían definiciones, mecanismos de denuncia, procesos de queja, comunicación organizacional y monitoreo que podrían ser más claros para todas las personas trabajadoras. Al analizar estos resultados, las autoras del estudio destacan la necesidad de considerar la perspectiva de género para implementar políticas contra el acoso sexual más efectivas.

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