Según Médicos Sin Fronteras (MSF), bandas armadas están explotando el elevado número de personas que cruzan el Tapón del Darién, una extensión de 100 km de selva que conecta Colombia y Panamá, para secuestrar y violar a migrantes desesperadas. La organización informó que trató a 397 sobrevivientes de violencia sexual este año, muchos de ellos niños, una cifra que supera ampliamente los 172 registrados en 2022. MSF destaca cómo el sufrimiento de los migrantes en el Darién se está normalizando, según publica The Guardian.
Se han reportado “violaciones en grupo en tiendas instaladas con ese propósito en la selva montañosa y pantanosa”. La organización insta a las autoridades de Panamá y Colombia a desplegar una presencia de seguridad efectiva en la selva para proteger a las personas migrantes.
Los testimonios aterradores describen cómo grupos de hombres armados llevan a las víctimas a tiendas y las violan frente a otros migrantes. La cifra de casos ha aumentado en los últimos meses, con 107 casos de violencia sexual tratados solo en octubre. MSF destaca que no todos los afectados reciben atención a tiempo debido al estigma, amenazas y el temor a retrasar su viaje al norte.
A pesar de la hostilidad de la selva del Darién, al menos 460,000 personas, incluidos 100,000 niños, han cruzado este año, más del triple que en 2021. MSF insta a los gobiernos locales a aumentar su presencia en las selvas abandonadas para proteger los derechos humanos y apoyar a las víctimas.
Ante tal atrocidad la aplicación de aquellas evidencias científicas que aseguran la protección de las personas es clave, continuamente se demuestra como la no intervención favorece a que bandas armadas impongan su ley de forma violenta, la impunidad ante sus actos de agresiones sexuales terribles, incluso como se informaba a menores de 11 o 12 años. Se pide la intervención para frenar la violencia, sino el aumento de la violencia sexual es constante y sin límite. El apoyo a las víctimas es crucial.
