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En Santiago de Chile, el 6 de octubre de 2023, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ONU Mujeres y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) han suscrito un plan de trabajo conjunto de dos años destinado a acelerar el progreso en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres rurales en América Latina y el Caribe.

Las mujeres rurales se enfrentan a numerosas barreras para lograr la autosuficiencia y la estabilidad económica. Durante las crisis, las mujeres rurales se ven afectadas de forma desproporcionada debido al acceso limitado a recursos, servicios e información, a la importante carga que suponen las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas y a la persistencia de normas sociales tradicionales discriminatorias.

A escala mundial, las mujeres rurales constituyen un tercio de la población y representan el 43% de la mano de obra agrícola. La FAO informa de que las mujeres representan más del 20% del empleo agrícola en América Latina y el Caribe.

En América Latina, las mujeres dedican tres veces más tiempo a las tareas domésticas y a las responsabilidades de cuidado no remuneradas que los hombres. Además, existe una notable disparidad entre las mujeres de las zonas urbanas y rurales, ya que estas últimas dedican entre 3 y 10 horas más a estas tareas que sus homólogas urbanas.

El plan de acción desarrollado por estas tres agencias de Naciones Unidas se estructura en torno a dos áreas clave: en primer lugar, la incidencia política y normativa de alto nivel para acelerar la reducción de la brecha de género en el acceso a recursos productivos como la tierra, el agua y la pesca, con el fin último de alcanzar la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2 (Hambre Cero) y 5 (Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres).

La segunda prioridad consiste en promover la disponibilidad de servicios de atención, salud sexual y reproductiva y hacer frente a la violencia de género en la región. Además, el plan se centra en la recopilación de datos e información relativa a las mujeres rurales en el marco de los sistemas agroalimentarios, incorporando información sobre su independencia física, económica y en la toma de decisiones.

Este esfuerzo de colaboración empleará un enfoque interseccional, con especial énfasis en los pueblos indígenas, los afrodescendientes, los factores relacionados con la edad y las cuestiones de movilidad humana, al tiempo que movilizará los recursos necesarios para hacer viables estas acciones colectivas dentro de los territorios y las comunidades.

Mario Lubetkin, Subdirector General de la FAO y Representante Regional para América Latina y el Caribe, destacó que “la colaboración entre la FAO, ONU Mujeres y UNFPA contribuirá a enfrentar las desigualdades de género y la inseguridad alimentaria y nutricional, complementando las acciones que apoyan los procesos de empoderamiento de las mujeres rurales en América Latina y el Caribe. Trabajaremos juntos para reducir las brechas de género en el acceso a los recursos productivos, mejorar la autonomía económica y la resiliencia climática de las mujeres, y lograr sistemas agroalimentarios más sostenibles e inclusivos en toda la región.”

Cecilia Alemany, Directora Regional Adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, declaró: “Este plan de acción con la FAO y el UNFPA está alineado con la estrategia regional de ONU Mujeres para lograr la autonomía económica y el acceso a sistemas integrales de cuidados para las mujeres rurales de América Latina y el Caribe. Para ONU Mujeres es fundamental que todos los esfuerzos de los gobiernos de la región para reducir la pobreza, la desigualdad y el hambre, así como las políticas productivas, agroalimentarias y ambientales, incorporen una perspectiva de género y aborden la discriminación que enfrentan particularmente las mujeres rurales, indígenas, afrodescendientes y en situación de movilidad.”

Susana Sottoli, Directora Regional del UNFPA para América Latina y el Caribe, subrayó: “Garantizar la autonomía de las mujeres rurales es una tarea prioritaria e impostergable que debemos hacer conjuntamente. La firma de este convenio contribuye y da sentido a acciones anteriores; es muy importante fortalecer este tipo de colaboración a nivel regional. Las situaciones y los problemas con los que trabajamos son complejos, ya que reflejan múltiples dimensiones y, por lo tanto, requieren esfuerzos colectivos. Todos los sistemas alimentarios sostenibles están profundamente arraigados en la vida cotidiana de las familias y especialmente de las mujeres, en el sentido de que temas como la mortalidad materna han tenido retrocesos en la región, volviendo a situaciones básicas en las que las mujeres mueren en el parto o en el postparto, lo que está estrechamente relacionado con la situación nutricional de las mujeres.

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