El informe titulado “Estudio global de igualdad de género y regulación de medios”, realizado por Sarah Macharia y Joan Barata Mir examina la relación entre la igualdad de género y la regulación de los medios en todo el mundo. Incluye una revisión de la literatura existente sobre el tema, así como estudios de casos en profundidad realizados en varios países socios.
Los desafíos de la igualdad de género en la industria de los medios incluyen desde las cuestiones relacionadas con la representación de las mujeres en el contenido de los medios, así como el equilibrio de género en el personal, la gestión y la propiedad. Además, se incluye cual está siendo el impacto de la desinformación y el discurso de odio hacia las mujeres periodistas.
Las principales recomendaciones extraídas en el informe son;
– Fortalecer las leyes de medios desde una perspectiva de libertad de expresión y derechos humanos.
– Establecer o reforzar códigos de ética para periodistas, que cubran específicamente las cuestiones de tratamiento de género.
– Desarrollar políticas públicas / marcos regulatorios para promover el pluralismo de los medios de comunicación y reforzar el papel y la misión de los medios de servicio público.
– Impartir formación específica y otras acciones dirigidas todos los colectivos
– Formación de periodistas y profesionales de los medios de comunicación sobre la libertad de expresión y el derecho a la igualdad y la no discriminación.
– Desarrollar la alfabetización mediática crítica y crear un espacio para las revisiones periódicas de los medios por parte de las audiencias.
– Alentar las iniciativas de la sociedad civil, como la educación en materia de derechos humanos, el aprendizaje entre pares, el seguimiento y la denuncia de la incitación al odio, y la narración de historias por parte de las víctimas/destinatarios.
La coregulación se identifica como uno de los mecanismos más atrayentes para solventar las dificultades actuales, aunque lo más importante es basarse en las evidencias científicas, en aquello que ha demostrado que funciona, pero también incluir las evidencias científicas de impacto social en la cobertura de género.
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