El Convenio Europeo de Derechos Humano también conocido como el Convenio de Roma, es un tratado internacional que nació con el propósito de establecer los derechos y libertades fundamentales de las personas en Europa. Ratificado por todos lo países miembro y también algunos estados asociados, su cometido es proteger y garantizar los Derechos Humanos y proporcionar la posibilidad a la ciudadanía de presentar reclamaciones ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo. La libertad de pensamiento, conciencia, religión, libertad de expresión y reunión pacífica, el derecho a un juicio justo, el derecho a la vida privada y familiar y el derecho a la educación, son algunos de ellos.
Recientemente, ha publicado una lista con algunos de sus impactos desde entró en vigor en 1953, en pro de la erradicación de la violencia hacia las mujeres y las niñas. Sentencias del Tribunal Europeo que han contribuido a impulsar y promover la mejora en el garante de los derechos de las mujeres así como protegerlas contra la discriminación en el continente.
Un ejemplo perteneciente al histórico de veredictos que han abierto camino a futuras transformaciones, es el de Nahide Opuz de origen turco, quien después de sufrir abusos durante años, incluido el asesinato de su madre a manos de su maltratador, tuvo que apelar a la corte europea para que se tomaran medidas que la protegieran de su ex marido. Esta fue la primera vez que el Tribunal dictaminó que la violencia de género es una forma de discriminación en virtud del Convenio de Derechos Humanos.
La sentencia en el caso N. Opuz fue clave en la constitución en 2011 del convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y las niñas y el más importante y de mayor alcance y el cual, hasta la fecha, han ratificado 34 países miembros del CE y 12 más han firmado junto con la Unión Europea en su conjunto, el Convenio de Estambul
