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El pasado 3 de noviembre se celebraba el Día Internacional contra la violencia y el acoso en las escuela, incluido el ciberacoso. La UNESCO decidió por unanimidad, desde hace ya tres años, crear este día para que todos los Estados Miembros recordarán la importancia de trabajar concienzudamente en esta lacra social que se expande a nivel mundial,  que está presente no solo en los centros escolares sino que además se extiende en las relaciones que los chicos y las chicas establecen en la red así como en las diferentes plataformas digitales de las cuales son consumidores. 

La intención de esta conmemoración es la de sensibilizar a todas las personas en particular y a la población mundial en general, de las nefastas consecuencias que desencadena el sufrir acoso para el desarrollo y el bienestar personal de la infancia tanto a nivel educativo como en la salud.

Es interesante consultar en la página web de la UNESCO, la publicación de algunos documentos que pueden ayudar a trabajar, desde la prevención, la violencia y el acoso escolar. Los temas a los que se refiere se centran en: el rol de los y las docentes, la violencia por razones de género, la violencia homofóbica y transfóbica y una serie de útiles recursos con acceso a diferentes enlaces.

Asimismo, la UNESCO publicó un estudio en el que destacaba la gravedad del problema en 144 países, nada menos que uno de cada tres alumnos dijo haber sido víctima de acoso al menos una vez en el transcurso de un mes

 

Dichos datos son, como mínimo preocupantes, por lo que se reclama una urgente intervención a nivel mundial con políticas que legislen y penalicen radicalmente cualquier forma de agresión.  Pero también se necesitan programas educativos eficaces, rigurosos e investigados desde la evidencia científica sobre aquellos proyectos que han demostrado generar impacto social. Para ello, la formación docente es crucial. Un claro ejemplo de rigurosidad, eficacia e impacto sería la actuación educativa de éxito conocida como la formación dialógica del profesorado en la que los y las docentes dialogan de manera conjunta a partir de textos, artículos y literatura científica avalada internacionalmente sobre temas relacionados, en este caso, con la convivencia en los centros, la prevención de la violencia de género, el acoso escolar o el abuso, también en las redes sociales, aspectos que preocupan al profesorado pero también a las familias. A través de las Tertulias Pedagógicas Dialógicas se consigue construir y compartir el conocimiento científico desde un enfoque dialógico e igualitario para replicar en las aulas aquellas intervenciones que han demostrado generar éxito para todos y todas, sin excepción.

En definitiva, se trata de concienciar, a los y las docentes de que hay que trabajar desde la prevención, para detectar y, si es necesario actuar ante cualquier caso de acoso escolar dentro de las aulas o fuera de ellas, en los entornos digitales. Paralelamente, este trabajo de sensibilización y concienciación debe extenderse a toda la comunidad educativa para que la transformación y el objetivo de conseguir una sociedad más justa y libre de violencia sea una realidad. 

No es suficiente (porque no es efectivo) con programar actividades puntuales y aisladas para conmemorar este día, debemos trabajar conjuntamente y a conciencia para conseguir erradicar el acoso y la violencia escolar desde todas sus manifestaciones y lanzar, al mismo tiempo, un mensaje esperanzador: las víctimas contra el acoso escolar no están solas ya que somos muchas las personas que mostramos un posicionamiento activo de denuncia ante un caso de agresión. No podemos normalizar ciertas actitudes y resignarnos en la idea que es difícil conseguir el cambio. Se necesitan tejer cuidadosas redes solidarias de apoyo a las víctimas para demostrar que esa transformación sí es posible. 

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