La violencia y la violencia de género son una lacra social que cada vez se produce desde edades más tempranas y para que los centros educativos puedan actuar de forma efectiva y contundente deben emprender acciones fundamentadas en la evidencia científica de impacto social. Solo así las comunidades escolares podrán avanzar en la creación conjunta de escuelas libres de cualquier forma de violencia, sin esperar a la adolescencia para empezar a enseñar que la violencia es inaceptable.
En el artículo, Zero violence since early childhood: The dialogic recreation of knowledge, publicado en ‘Qualitative Inquiry’, se analiza una experiencia de recreación dialógica del conocimiento que tuvo lugar en el II Encuentro de la Asociación de Profesorado Odissea de ‘Escuelas como Comunidades de Aprendizaje’ (Barcelona, 2013), en el que personas investigadoras contribuyeron a desmontar mitos e informaciones falsas ofreciendo evidencias científicas y dialogando con profesorado, familias y otros profesionales. Esta práctica, por un lado, permitió un proceso de transferibilidad de los resultados de la investigación a la sociedad y, por otro, recrear el conocimiento para ocasionar un mayor impacto de transformación social. La investigación, realizada a través de la metodología comunicativa, se enfocó en las evidencias sobre la prevención de la violencia desde la primera infancia e implicó a través del diálogo igualitario a 160 personas entre investigadoras y agentes sociales. Los datos recogidos se analizaron para identificar los elementos que contribuyen a transferir a la realidad social los resultados de la investigación sobre la violencia cero y la socialización preventiva de la violencia de género desde la primera infancia, desvelando que muchos artículos sobre violencia en Educación Infantil que el profesorado comparte con las familias no están basados en evidencias científicas, lo que provoca consecuencias gravísimas, ya que en muchos casos el contenido de estos documentos justifica las agresiones normalizando y perpetuando la violencia en la infancia. Las evidencias científicas presentadas fueron contrastadas por educadores y educadoras, familias y alumnado relacionándolas con sus propias experiencias y conocimientos, llevando a reflexiones sobre sus interacciones cotidianas y a producir transformaciones en el ámbito escolar como la creación de una comisión mixta de profesorado, familias y alumnado para prevenir los casos de acoso, pero también personales, revisando sus propias actitudes. Se evidenció, una vez más, que el ambiente de diálogo igualitario provoca la aparición de una actitud crítica en un debate que consigue transformar la realidad y las vidas de muchas personas.
Los esperanzadores espacios que nos muestra la investigación de transferencia de los principales mensajes científicos a través del diálogo igualitario, demuestran que la recreación dialógica del conocimiento anima a profesionales y familias a reflexionar sobre su actuación con los niños y niñas desde las primeras edades y a emprender acciones fundamentadas en la evidencia científica de impacto social que lleven a las comunidades educativas a avanzar en la creación conjunta de escuelas libres de cualquier forma de violencia, promoviendo en todas sus acciones espacios de violencia 0 desde los 0 años.
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