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El caso de Jeffrey Epstein evidencia de forma clara lo que ya se ha visto durante toda la historia; para que exista un abusador, son necesarios hombres y mujeres que le protejan y silencien a las víctimas. Como la «Madame» de Epstein, siempre ha habido mujeres que han actuado con complicidad con los abusos y contra las mujeres y las niñas.

Ghislaine Maxwell acaba de ser condenada por “proporcionar” y traficar con niñas menores de edad para saciar el “deseo sexual de su marido”, el financiero Jeffrey Epstein. Los fiscales apuntan a la complicidad de las amantes de Epstein para construir un «esquema piramidal de abuso», según informa la BBC.

Casos como el presente, evidencian que no se puede relacionar ser mujer con ser feminista o defender a las víctimas. Ni ser hombre con ser un abusador. En toda la historia ha habido hombres y mujeres feministas y hombres y mujeres que han abusado o han atacado a las víctimas y a las personas que se posicionan con ellas.

La abogada de las ocho víctimas de Epstein afirma que “Este veredicto de culpabilidad es inmensamente significativo para las víctimas de abuso sexual en todas partes»

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