La actual pandemia ha puesto el foco, para muchas personas, en aspectos relacionados con la ciencia. La ciencia existe más allá de ir al espacio o de hacer experimentos bajo un microscopio en un laboratorio. Los científicos, las científicas y todo el personal investigador analizan y proponen mejoras para un amplio abanico de preocupaciones sociales. Aunque la ciencia no puede dar siempre respuestas a todo, es un mecanismo que verifica y demuestra qué puede beneficiar o no a la sociedad en su conjunto.
En el artículo Overcoming Limitations for Research During the COVID-19 Pandemic via the Communicative Methodology: The Case of Homelessness During the Spanish Home Confinement, publicado en la revista científica “International Journal of Qualitative Methods”, se verifica si la metodología utilizada para investigar la falta de viviendas durante la pandemia funciona. También se propone algo revolucionario: una crítica constructiva para ver que, si una metodología no funciona, pueda transformarse para que sea útil y vele por su objetivo, que es ser eficiente.
En este caso en concreto, el equipo investigador analizó si la metodología comunicativa es una herramienta que beneficia a la sociedad cuando se estudió la situación vivida por las personas sin hogar durante el confinamiento en España en marzo del año pasado, analizando las experiencias de seis sacerdotes jesuitas voluntarios que ayudaban a grupos vulnerables en situación de exclusión social.
La metodología comunicativa se basa en el diálogo igualitario entre las personas que participan en el estudio: la entrevistadora, con una trayectoria académica, y la persona entrevistada, que no tiene por qué tener trayectoria académica. Debido a que se quería verificar que la metodología fuese útil durante el confinamiento, y con la barrera de no poder entrevistar directamente a las personas en situación de exclusión social, el equipo investigador observó que el método “de siempre” no podía funcionar. Lejos de rendirse y siguiendo fiel al objetivo de demostrar que la MC tiene impacto social también cuando se trabaja con grupos vulnerables, se implementó el elemento innovador de contactar a personas que trabajan directamente con personas pertenecientes a los grupos vulnerables.
Haber actuado de esta forma ha tendido una mano más para visibilizar a esos segmentos de la sociedad que no llenan, desafortunadamente, las portadas de los medios y que siguen sufriendo desigualdades. También ha dado a conocer qué actuaciones tienen impacto social y que la ciencia, cuando está al alcance de todas las personas, transforma y mejora la sociedad.