Durante las últimas décadas, la tecnología ha ido incrementando su incorporación en las aulas – desde ordenadores o tablets para el alumnado, a robots interactivos, pizarras interactivas, etc. Sin embargo, la pandemia ha acelerado el uso de diferentes tecnologías en la educación, ya que desde miles de escuelas de todo el mundo se vieron obligadas a cerrar y pasar las clases al formato online o híbrido. Mientras que la tecnología ha ayudado a comunidades educativas de muy diferentes países a seguir funcionando desde la distancia, también han surgido temas relacionados con la falta de equidad en el acceso a la tecnología o internet de diferentes comunidades.
Ahora que las escuelas han vuelto al formato presencial, muchos y muchas profesoras se muestran optimistas con las posibilidades que la tecnología ofrece en el aula. Para conocer mejor las opiniones del profesorado alrededor de estos temas, la empresa HMH recientemente compartió los resultados de su informe anual sobre educadores y educadoras en EEUU. En él participaron más de 1.200 profesores y profesoras del país. Uno de los datos reportados es que solo un 38% del profesorado informaron de que tenían una opinión positiva sobre el estado de su profesión, un porcentaje que ha disminuido respecto a informes de años previos.
Sin embargo, otros porcentajes han aumentado. Por ejemplo, mientras que hace siete años un 66% del profesorado participante reportó sentirse seguro o segura de sus habilidades utilizando tecnología en educación, en este informe un 95% de participantes compartieron haber experimentado los beneficios de la tecnología en la educación, y un 77% considera que la tecnología les puede ayudar a ser más efectivos y efectivas en la post-pandemia. Con la reapertura de las escuelas, tenemos la oportunidad de incorporar lo mejor de la tecnología y aquellas actuaciones educativas cuyo éxito está avalado por la comunidad científica internacional para ofrecer la educación de mayor calidad a todo el alumnado.