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El pasado 13 de octubre, alrededor de las 23.00, una mujer fue violada en el metro de Filadelfia. Lo que resulta más grave de la situación es que otros y otras pasajeras lo vieron, y nadie hizo nada para detenerlo ni llamó a la policía. Finalmente, una trabajadora del metro avisó a la policía cuando se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo.

Varias personas entrevistadas por NBC Philadelphia mostraron su asombro ante la falta de acción en defensa de la víctima de los y las otras pasajeras, es decir, los y las bystanders. Sin embargo, la comunidad científica internacional ha demostrado que la principal razón por la que las personas que conocen o ven casos de violencia de género es la Violencia de Género Aisladora (IGV por sus siglas en inglés). Es decir, muchas personas no actúan ante casos que conocen de acoso sexual por miedo a las represalias que puede tener el defender y posicionarse a favor de la víctima. Las personas agresoras saben que las víctimas solas no se atreven a denunciar las agresiones, por lo que quienes les agreden se dedican a difamar y atacar a cualquier persona que ayude a las víctimas, logrando así que estas callen y puedan seguir cometiendo las agresiones. 

Para acabar con la violencia de género y lograr que no vuelvan a ocurrir actos como el del pasado miércoles, es imprescindible acabar con la IGV, dar apoyo y defender a quienes se posicionan al lado de las víctimas, para que así sea cada vez mayor la respuesta social a favor de las víctimas.

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