En muchas ocasiones, las conversaciones que tenemos con personas desconocidas se basan en diálogos de poca profundidad, como hablar sobre el tiempo. Sin embargo, hay estudios que muestran que las personas nos beneficiamos de conversaciones profundas y con sentido.
Según una investigación publicada por la American Psychological Association, las personas tendemos a pensar que las conversaciones profundas con personas desconocidas serán más incómodas y menos agradables de lo que realmente son. El estudio, publicado en la revista Journal of Personality and Social Psychology, contó con 1.800 participantes que no se conocían entre sí y se les dieron temas de discusión poco profundos o profundos. Los poco profundos trataban sobre series de televisión o el tiempo, mientras que los profundos se basaban en preguntas como “Si una bola de cristal pudiera decirle la verdad sobre usted, su vida, su futuro o cualquier otra cosa, ¿qué querría saber?”.
Se les preguntó a las personas participantes, antes de la conversación, cómo de raro pensaban que se les haría hablar con extraños, cómo de conectadas pensaban que se sentirían y cuánto disfrutarían las conversaciones. Tras la conversación, volvían a evaluar cómo se habían sentido en esos tres aspectos. Los resultados muestran que, tras las conversaciones, los y las participantes expresaron haberse sentido menos raros y raras, haber creado más conexión y haberlas disfrutado más de lo esperado.