El Parlamento Europeo votó este jueves en Bruselas la propuesta de incluir la violencia de género como uno de los delitos a nivel comunitario. La propuesta salió adelante por 427 votos a favor, 119 en contra y 140 abstenciones. Se considera un paso clave hacia una futura directiva en la Comisión de leyes y políticas específicas para abordar todos los tipos de violencia y discriminación basadas en el género (contra mujeres y niñas, pero también dirigidas a personas LGBTIQ+), en línea y fuera de ella. De esta forma se persigue que la violencia basada en el género esté tipificada como crimen en todos los códigos penales europeos con unos estándares mínimos comunes, en que se considere una forma de delito particularmente grave con dimensión transfronteriza (Público).
En concreto, la Eurocámara reclama que los países miembros de la Unión Europea definan la violencia de género como un ámbito delictivo en virtud del Artículo 83(1) del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, junto a otros delitos comunes que hay que combatir con criterios comunes, como el tráfico de personas, drogas y armas, la ciberdelincuencia y el terrorismo.
De esta forma, se pretende dar un paso adelante en el Convenio de Estambul, que este año cumple diez años desde su ratificación. Es el primer tratado internacional jurídicamente vinculante para la unificación de fuerzas coordinadas contra todo tipo de violencia contra las mujeres, aunque su puesta en marcha es asimétrica, ya que aún existen seis países de la Unión que todavía no la han ratificado: Bulgaria, Chequia, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Hungría. También hay que tener en cuenta casos como el de Polonia donde, tras haberlo ratificado, el gobierno actual anunció dar un paso atrás. Una realidad que es considerada una desprotección gubernamental, a la par que genera una desconfianza hacia el sistema judicial condicionado políticamente por el Ejecutivo, lo cual tiene una clara repercusión negativa en las víctimas de la violencia de género y, por tanto, una importante vulneración de los derechos humanos.
No hay que perder de vista las cifras, que a nivel europeo señalan que un tercio de las mujeres han sido víctimas de violencia física o sexual. Una media de 50 es asesinada cada semana a manos de sus parejas y el 75% reconoce haber sufrido algún tipo de acoso en el ámbito laboral.
El Tratado pretende que esta forma la violencia por cuestión de género sea tipificado como un delito de especial gravedad con una dimensión transfronteriza, y, por tanto, sea combatida con criterios comunes. Con lo que se busca avanzar hacia lo que sería la primera ley europea contra la violencia de género.