Por la socialización o por el discurso coercitivo, el efecto nocivo de una relación tóxica (sea laboral, amorosa o amistosa) tiene consecuencias tanto a corto como a largo plazo. De ahí la importancia de escoger bien y, sobre todo, guardar un recuerdo real sobre las situaciones violentas vividas.
En el artículo The Consequences of Disdainful Hook-Ups for Later Egalitarian Relationships of Girls, publicado en la revista científica “International Journal of Environmental Research and Public Health”, las investigadoras parten de las evidencias científicas existentes según las cuales tener relaciones tóxicas con hombres que responden a la masculinidad tradicional dominante (MTD) en cualquier ámbito, no solo el afectivo-sexual, tiene un impacto en las relaciones futuras que se crearán. A partir de esta base, el estudio indaga en qué consecuencias tiene para los hombres que responden a la masculinidad tradicional oprimida (MTO), cuando se relacionan con mujeres que han tenido anteriormente relaciones con hombres MTD.
De las entrevistas realizadas con cuatro mujeres y cuatro hombres, se ha observado que las mujeres que guardaban un falso recuerdo excitante de sus relaciones con un MTD ahora ejercían cierta actitud de menosprecio hacia los MTO. También se ha podido percibir que las chicas replicaban la doble moral de los chicos MTD en sus relaciones con los chicos MTO, por ejemplo, engañando a la pareja MTO para sentirse superior a este.
Este tipo de análisis detecta la necesidad de realizar intervenciones basadas en evidencias científicas una vez se sufre violencia de género, ya que se ha podido ver que escoger una pareja no violenta no es suficiente para que no haya violencia en la pareja, ya que los roles se invierten y es el hombre MTO quien podría sufrir las consecuencias de una relación tóxica anterior de su actual pareja. Teniendo en cuenta que la manera en la que recordamos nuestras relaciones es clave para las futuras interacciones que tengamos, es vital basarnos en evidencias científicas para poder transformar y reconstruir nuestro cerebro para evitar recordar lo tóxico como bonito y apasionado y así mantener una salud de calidad.
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