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Este medio publicaba en 2018 un interesante alegato en contra de frases como “todos los hombres son” y “todas las mujeres son” que va ligado a lo que recientemente Ramón Flecha compartía en las redes: una reflexión muy acertada sobre las generalizaciones a las que muchas personas nos vemos sometidas en nuestras vidas. ¿Cuánto daño ha hecho que se considere que si vienes de una familia sin recursos no puedes estudiar? Por suerte, hoy podemos contar con evidencias científicas que demuestran lo contrario y son accesibles para que corra la voz y se conozcan, para dejar de estigmatizar a las personas. ¿Cuánto daño ha hecho creer que no vales solo por ser gitano o gitana? Recientemente se hablaba de la graduación de gitanos y gitanas en la universidad en diferentes ámbitos.

En la misma línea de la lucha en contra de poner a todas las personas en el mismo saco, la investigación Stop Blaming me for What Others Did to you: New Alternative Masculinity’s Communicative Acts Against Blaming Discourses, publicada en “Frontiers in Psychology”, ahonda en diferentes discursos, algunos feministas también, que consideran erróneamente que la violencia de género es culpa de la naturaleza del hombre. En definitiva, que todos los hombres son violentos. Pero las evidencias científicas en men’s studies ya indican que las Nuevas Masculinidades Alternativas (NAM) se desmarcan de esta etiqueta rechazando cualquier tipo de violencia y abogando por relaciones llenas de respeto, amor y pasión. 

El estudio usa una orientación comunicativa para seis entrevistas semiestructuradas a través de las cuales se analizan discursos en los que las mujeres consideran culpables a todos los hombres del daño causado por algunos hombres violentos. Por otro lado, también se ahonda en las respuestas que las NAM dan para alejarse de los discursos genéricos y hegemónicos e ir hacia unos discursos igualitarios. 

Con frases tan nocivas como “todos los hombres hacen”, “todas las chicas dicen”, “los gitanos son”, “las rumanas son”, se hace un enorme daño a las personas que otras incluyen en esta generalización, sea por desconocimiento, racismo, homofobia, envidia y un largo etcétera de lo contrario a valores como la solidaridad, libertad, respeto o amor. El poder de las palabras no tiene límite y las personas se pueden ver condicionadas a actuar según la sociedad piensa erróneamente. Gracias a la ciencia basada en evidencias científicas, cada vez más superamos los discursos negativos y transformamos la sociedad. 

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