Kassia también conocida como Kassiane, Kassiani, Casia o Santa Casiana nació en el año 810. Fue una de las primeras compositoras de la que se conservan transcripciones notadas de sus obras, de modo que hoy pueden ser interpretadas por músicos e investigadores modernos. Incluso forma parte de la liturgia ortodoxa.
Es la compositora más destacada en la himnografía bizantina del siglo IX.
Kassia fundó en 843 su propio monasterio que llevaba su nombre, allí pasó el resto de su vida como abadesa, componiendo música.
La obra más famosa de Kassia que todavía se canta hoy en día es su troparion La mujer caída, sobre María Magdalena, cantada por la mañana en el Oficio del Miércoles Santo, aunque técnicamente es para el final del Oficio de Vísperas del Martes Santo.
Pero escribió mucho, se le atribuyen más de cincuenta cantos litúrgicos. Ella era la autora tanto del texto original como de la composición musical de sus obras.
De los cincuenta himnos que escribió, treinta son actualmente usados en la liturgia ortodoxa; cuarenta y siete son troparias, pequeños cantos de oración, y dos son cánones, himno-ciclo de ocho odas.
Varias de las melodías de los himnos se conservan actualmente, aunque pueden haber sido modificadas con el paso de los siglos.
También escribió doscientas sesenta y un piezas literarias entre poemas, epigramas y sentencias morales.
Su importancia fue tal que Kassia es la única mujer mencionada en el catálogo de himnarios compilado por N. Kallistos en el siglo XIV; también es la única mujer incluida en la cubierta de un triodion impreso en Venecia en 1601.
Su himno litúrgico más famoso es el «Himno de Kassia«, que tradicionalmente se interpreta la tarde del martes santo en los templos ortodoxos.
Kassia se ha convertido en una leyenda en el folclore bizantino. Parece ser que participó en el juego por el que el emperador elegía esposa. El primer cronista que ha documentado el incidente es Simeón Metafraste el Logoteta del siglo X. La leyenda popular dice que “con una manzana de oro en la mano [el emperador Teófilo] caminó lentamente entre dos filas de contendientes bellezas, sus ojos se fijaron en los encantos de Kassia, y, en la torpeza de una primera declaración, el príncipe dijo «que en este mundo, la mujer había sido la causa del mal [en referencia a Eva, la primera mujer creada].
«Y sin duda alteza», respondió alegremente Kassia: «Ella también ha sido motivo del mayor bien» [en referencia a la Virgen María]”.
La respuesta desenfadada e inteligente de la compositora no agradó al emperador, que se volvió de lado con disgusto.
Así que de alguna manera fue defensora de las mujeres.
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