Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con EUROPOL, han desarticulado una organización criminal transnacional dedicada, presuntamente, a la trata de mujeres de origen ruso y polaco para su explotación sexual, según el Levante.
La organización criminal, asentada en las provincias de Alicante y Valencia y con ramificaciones en Polonia, Alemania, Reino Unido, Ucrania y Rusia, proporcionaba a las mujeres certificados médicos falsos para poder viajar desde sus países evitando el cierre de fronteras provocado por la covid-19. La operación policial, en la que han participado más de cien agentes, ha finalizado con 17 personas detenidas; seis en Valencia, diez en Alicante y una en Palma de Mallorca. Tres de los arrestados han ingresado en prisión provisional y dos mujeres han sido liberadas por la policía.
Queremos destacar que las investigaciones se iniciaron por la valiente denuncia de una de las víctimas de la organización ante la Policía Nacional. En este caso las captaban con falsas promesas de trabajo y, una vez desplazadas a estos países y haciendo uso de la intimidación y la imposición de deudas, eran obligadas a ejercer la prostitución en pisos que la organización alquilaba para tal fin.
Una vez más nos encontramos con el drama que viven muchas mujeres, la de la prostitución y la trata, que las encadena a una vida de exclavitud si no es que alguien da un paso por ellas, como hizo con valentía una de estas mujeres supervivientes de esta organización criminal. Todos y todas podemos ser esas personas que hagan la denuncia que signifique el primer paso para romper esas cadenas y devolverles la libertad, que es un derecho fundamental para todas las personas.
Ya existen historias de éxito de activismo ciudadano, por ejemplo el de esta noticia que publicamos en el Diario, cuando, gracias a una llamada al teléfono de la policía contra la trata de seres humanos, 900 10 50 90, lograron desarticular otra banda criminal, o el proyecto norteamericano Truckers Against Trafficking. Acabar con este problema mundial será posible con la solidaridad y valentía ciudadana y, por supuesto, por legislar en favor de las víctimas y no de los puteros.
