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Tras las elecciones del pasado domingo en Bielorrusia, la candidata opositora Sviatlana Tsikhanouskaya tuvo que abandonar el país, refugiándose en Lituania con sus hijos mientras Bielorrusia se sumía en un contexto de protestas y represión por parte del gobierno de Alexander Lukashenko. Los disturbios estallaron en todo el país después de que el líder fuera declarado ganador de las elecciones presidenciales, lo que provocó acusaciones de manipulación de votos.

En las últimas cifras oficiales, el Ministerio del Interior afirmó que la policía había detenido a 700 personas durante las protestas del miércoles, lo que eleva el número total a 6.700.

El quinto día de protestas, pero se levantó con cientos de mujeres de blanco, formando “cadenas de solidaridad” en Minsk. Las participantes afirman que quieren una resolución pacífica, y piden la liberación de todas las personas manifestantes detenidas detenidos. A la cadena de solidaridad se unió con un ramo de flores Maria Kolesnikova, jefa de campaña de Tsikhanouskaya, quien durante la campaña fue arrestada en diversas ocasiones por el gobierno. Mientras que Veronika Tsepkalo, mano derecha de Tsikhanouskaya y Kolensikova tuvo que huir del país el mismo día de las elecciones.

A las voces de protesta de las mujeres, se unen las consideraciones de Michelle Bachellet, High Comissioner for Human Rights de las Naciones Unidas afirmando que en Bielorrusia se están violando los estándares de derechos humanos. A lo que da testigo del periodista Nikita Telizhenko del medio ruso Znak.com, quien publicó un relato desgarrador después de haber estado tres días en prisión en Bielorrusia. 

Medios como la BBC han dado voz internacional a los movimientos de mujeres que están surgiendo en Bielorrusia con el fin de terminar con la represión, las detenciones y promover la democracia. 

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