En este medio, siguiendo los principios feministas, se condena toda forma de violencia y de odio hacia cualquier colectivo. Hace unos días se viralizaba en las redes el vídeo en que se veía a un policía local en Benidorm insultando a una mujer trans. Tanto el agente que insultaba como su compañero que grababa están imputados por el Juzgado de Instrucción número 4 de Benidorm, el primero por supuesto delito de odio y el segundo por omisión de socorro. Lo que nos recuerda que en los actos violentos se puede agredir de diferentes formas y todas son condenables.
Ante un caso de tal gravedad, multitud de personas se han posicionado solidariamente a favor de la víctima, y tanto entidades gubernamentales como la Policía Nacional han condenado el ataque declarando que este tipo de comportamientos no tienen ninguna cabida.
Sin embargo, el Observatorio Valenciano Contra la LGTBIfobia ha denunciado que la mujer trans humillada por los policías y sus compañeras de piso han tenido que mudarse debido a las amenazas y coacciones sufridas desde la difusión del vídeo que los mismos agentes grabaron. La organización se puso rápidamente en contacto con la víctima, quien les relató que llevaba días recibiendo llamadas telefónicas amenazantes y visitas intimidatorias a su domicilio. Así, la situación llegó a tal punto que se vieron obligadas a abandonar su hogar e ir a un sitio seguro acompañadas por personal de la entidad de ayuda.
Desde el Observatorio también le han designado una abogada para ejercer la acusación particular en nombre de la víctima. Por otra parte, el Ministerio de Igualdad, a través de la Dirección General de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, anunció que había presentado una denuncia ante la Fiscalía Provincial de Alicante, algo que desde el Observatorio consideran insuficiente ya que es necesaria una profunda investigación para esclarecer los hechos ocurridos con el vídeo. Al parecer, según informan algunos medios, el vídeo llegó a varios chats de la policía y fue finalmente la actuación valiente de un agente que se atrevió a denunciar. lo que puso fin a la difusión.
Además, desde Vicepresidencia de la Generalitat se han trasladado a Delegación del Gobierno varias informaciones para que continúen con la investigación debido a que hay suficientes indicios de que tanto la mujer trans agredida como sus compañeras podrían ser víctimas de una red de trata de personas. Esta situación de extrema vulnerabilidad se agrava aún más porque varias páginas web están difundiendo informaciones personales de la víctima, lo que supone otra forma de agresión igual o más grave.
Estas agresiones se suman a la larga lista de situaciones que resultan intolerables en una sociedad democrática, e impacta, en el peor sentido, ver que siguen ocurriendo tales vulneraciones de los derechos humanos en pleno siglo XXI. Aunque ya se está actuando, es evidente que se necesita continuar trabajando y luchando. Estos hechos nos muestran cómo dentro del cuerpo policial se puede actuar con patetismo utilizando tu poder para vejar a seres humanos en una situación de vulnerabilidad extrema cuando tu deber es protegerlos, o posicionarte con valentía y denunciar lo que están haciendo tus propios compañeros, logrando que se actúe para ayudar a esta mujer y para que, al menos, esos dos hombres no tengan medios para seguir violentando.
Y más allá de la actuación policial, en este caso vemos la importancia del trabajo de las entidades de apoyo que realmente luchan y velan por los derechos de las personas trans focalizando sus esfuerzos en la protección y la denuncia de la violencia y afrontando todas las consecuencias.
