En la época de confinamiento en la que vivimos, donde la mayoría de la poblacion debe quedarse en su casa, hay varios colectivos que no se detienen para dar servicio a necesidades básicas de la sociedad. EFE ha informado que uno de esos sectores que no se detienen son los supermercados e hipermercados, en los cuales nos encontramos al personal que atiende las cajas, un colectivo que es mayormente femenino.
Este colectivo está en primera línea de riesgo en el foco de contagios ya que deben atender a diario a multitud de personas que pasan por los supermercados. Pero también les sucede durante los trayectos desde sus casas hasta sus respectivos lugares de trabajo, muchas veces realizados en transporte público con el riesgo añadido de exposición a un lugar donde pasan multitud de personas.
Según datos de la patronal de los supermercados Asedas, que representa más de dos tercios de la distribución alimentaria en España, sus asociados emplean a unas doscientas mil personas entre puestos de atención al público y de reposición. Parte importante de este personal es el que trabaja directamente en las cajas que atienden al público, entre otras tareas.
Según indica el diario El País, el director general de Asedas Ignacio García Magarzo declara que hay muchas personas afectadas dentro del amplio colectivo, a pesar de no conocer cifras exactas. A las personas con síntomas se les aplica un protocolo al igual que para el resto de la población, sin embargo todavía no es posible diagnosticar con la celeridad que la situación exige. Por otro lado, desde CC.OO. inciden en que se están produciendo bajas y cuarentenas, pero que los centros están tratando el asunto con medidas de prevención y seguridad. Es un sector con bastante carga de trabajo en una situación de normalidad, en el que en la actualidad, además de reponer y de cobrar en las cajas, deben limpiar las instalaciones y los carros antes de la apertura y después del cierre.
Los primeros días tras el anuncio del periodo de cuarentena se produjeron avalanchas en los supermercados, en un momento en el que el personal no disponía de material de seguridad ni medidas claras de prevención. Algunas cajeras hablan de caos entre el público, empujones, enormes filas y carros llenos para pasar por las cajas. Según la información publicada en El País, un estudio de consumo de la consultora Nielsen indica que la facturación en los supermercados se disparó en la semana de cierre de los centros escolares y se estima que las ventas al consumo crecieron un 71%.
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