El movimiento #Metoo ha provocado cambios sociales y ahora esos cambios llegan a los nuevos productos audiovisuales. La película Mulan de Disney es un ejemplo de estos cambios.
En el remake de la historia de la guerrera china, que su visualizará en la gran pantalla a partir del mes de marzo, se han realizado algunos cambios de personajes principales y secundarios con el fin de favorecer las relaciones libres de violencia.
La compañía ha decido prescindir de Mushu (el dragón) y del Capitán Li Shang. Este último personaje, según el productor Jason Reed en Collider, se ha dividido en dos personajes para evitar que aparezcan relaciones amorosas con personas con un rango superior y con más poder.
Las personas creadoras de este remake han tomado esta decisión a consecuencia del movimiento contra los abusos sexuales denunciados por el #Metoo, un movimiento que les llevó a concienciarse sobre las relaciones de poder y a cambiar las relaciones amorosas que se producían en el producto audiovisual.
Estos cambios en las narrativas audiovisuales tienen efectos en la socialización de la audiencia, especialmente en la de los y las más pequeñas. Por ello, estos cambios que generan más igualdad son beneficiosos para las relaciones afectivo-sexuales que se produzcan en la sociedad.
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