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La impunidad en la era del #MeToo se está acabando para aquellas personas que bajo la coerción y el engaño someten a las mujeres a la diversidad de formas en que se acoge la violencia de género. Y de ello es ejemplo la sentencia que este jueves dictaminó el juez de la Corte Superior Kevin Enright, de San Diego (California, EE.UU.) a favor de veintidós mujeres en una disputa legal contra la web pornográfica “GirlsDoPorn”. Ahora las personas acusadas deberán pagar 12,7 millones de dólares por tráfico sexual, entre otros cargos. 

Según informan los medios, las mujeres fueron coaccionadas y engañadas para que crearan vídeos pornográficos que fueron distribuidos por internet en los canales más conocidos del mundo sin su consentimiento. Todas las mujeres denunciaron que fueron presionadas para participar en las grabaciones y que aquellas que intentaron retirarse una vez que quedó claro en qué estaban involucradas fueron amenazadas haciendo uso del abuso de poder, que se les ofreció alcohol y cannabis antes de firmar sus contratos de más de ocho hojas o que se les presionó con tener que pagar su propio viaje de vuelta a casa desde San Diego a sus respectivos estados. También se enviaron correos electrónicos anónimos con los vídeos a sus familias, universidades y amistades, vinculándolas a los mismos mediante su identificación a través de sus nombres y apellidos, lo cual fue el inicio de situaciones de acoso extremo.

Entre los acusados están tres hombres gerentes de la compañía, sobre uno de los cuales pesa un orden de búsqueda y captura en Nueva Zelanda desde 2012 por explotación sexual a una menor, la administrativa y otra mujer, al ser cómplices por mentir a las mujeres. Todos y cada uno de ellos y ellas, responsables de atroz delito. El juez también ha ordenado la eliminación los vídeos de internet y destacar en anuncios y contratos las condiciones de manera explícita desde el primer momento.

La línea de investigación desarrollada por CREA-UB, Community of Researchers on Excellence for All, Actos comunicativos y transformación social, aporta evidencias que contribuyen a la comprensión sobre cómo y por qué hacerse valer de la coacción, el engaño, el acoso y el abuso de poder, como hicieron en este caso los responsables de GirlsDoPorn para la consecución de sus fines a través de los actos comunicativos de poder señalados, vulnera la libertad sexual, en este caso la de cada una de las mujeres que denunciaron. Y, además, es delito según la definición de trata con fines de explotación sexual.

Hoy por hoy, aún no predominan los contextos en los que prime la igualdad. Aunque, según aporta la Teoría de los Actos Comunicativos, ante una situación de desigualdad, que una persona actúe en beneficio de su situación de poder o, por el contrario, teniendo en cuenta su situación de poder actúe favoreciendo que sus interacciones sean cada vez más dialógicas, será lo que marque la diferencia en cuanto a las relaciones que se promuevan. Y esto es responsabilidad de cada persona.

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