Las fiestas navideñas a menudo vienen acompañadas de comidas abundantes que conllevan grandes cantidades de alimentos que acaban desperdiciados. De hecho, los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura indican que en fechas señaladas 1 de cada 3 alimentos acaba desechándose. En España, el problema del desperdicio alimentario aumentó el pasado año, cuando se desecharon 1.127 millones de kg de productos sin utilizar y 212 millones de alimentos ya cocinados. Tal como destaca en el último informe The State of Food and Agriculture, gran parte del desperdicio alimentario se produce en los hogares, por lo que la ciudadanía debemos cambiar nuestros hábitos y acciones para reducir la cantidad de comida que acaba en la basura.
Algunas de las recomendaciones que nos ofrece la Federación Española de Nutrición para reducir el excedente de comida cocinada están relacionadas con planificar de antemano el menú y mejorar las compras que se van a realizar, ajustar las raciones al número de comensales y congelar las sobras o aprovecharlas para cocinar nuevas recetas. Otra opción es organizar la nevera durante estas fechas de manera que se sepa qué alimentos tienen que consumirse antes y cuáles se deben cocinar a tiempo.
El malbaratamiento de alimentos tiene importantes consecuencias sociales y ecológicas, que pueden verse reflejadas en el número de personas que acuden a comedores sociales por falta de alimentos y en el desperdicio de grandes cantidades del agua que se necesita durante todo el proceso de producción.
