Mae Jemison nunca imaginó que, gracias a su perseverancia y a su constancia, su sueño de niña se haría realidad llevándola a ser la primera mujer astronauta afroamericana.
Mae Carol Jemison nació un 17 de octubre de 1956 en Alabama, Estados Unidos. Hija de una madre profesora y un padre técnico de mantenimiento, siempre fue una buena estudiante y su familia siempre la apoyó en estudiar una carrera científica. Y aunque lo hizo, durante sus años de estudiante sufrió la discriminación de profesorado y alumnado por ser mujer y afroamericana.
Según cuenta, desde que era una niña estudiante en una escuela pública de Chicago, ya soñaba con ser astronauta. Tenía como referente a la actriz afroamericana Nichelle Nichols, que interpretaba el papel de la teniente Uhura en Star Trek. Sobreponiéndose a cualquier adversidad, Jemison empezó estudiando en la Universidad de Stanford con tan solo dieciséis años, donde obtuvo una diplomatura en Ingeniería Química y Estudios Afroamericanos. De ahí entró también en la Universidad de Cornell, donde se graduó de Medicina.
Entre 1983 y 1985 trabajó como médica en los Cuerpos de la Paz en Liberia y Sierra Leona. Se dice que en su estancia allí, había un enfermo al que le diagnosticaron malaria y se le daba un tratamiento que no funcionaba. Jemison detectó que lo que tenía el enfermo no era malaria, sino meningitis y que el paciente necesitaba un tratamiento que no estaba disponible en Sierra Leona. Demostrando su conocimiento y autoridad y, una vez más, haciendo caso omiso a los ataques discriminatorios que recibía, exigió el traslado del enfermo en un avión medicalizado de la Air Force hacia Alemania y, además, lo acompañó.
Pero su reconocimiento vendría después, cuando prosiguió sus estudios en ingeniería y entró en la NASA en 1987, justo después de Sally Ride y Guion Bluford, la primera mujer y el primer hombre afroamericanos astronautas respectivamente. Y el 12 de septiembre de 1992 por fin llegó su momento: Mae Jemison emprendió una misión espacial en la que colaboraría con Japón y en la que desarrollaría su papel como especialista científica. Experimentó sobre los posibles mareos durante los vuelos, la pérdida ósea en el espacio y el desarrollo de los renacuajos cuando no hay gravedad.
En 1993 dejó la NASA por voluntad propia con el fin de crear su propia empresa y, desde entonces, ha estado ejerciendo como profesora en varias instituciones y creando distintas entidades con el fin de promover la ciencia en niñas y niños, como The Jemison Group (consultoría tecnológica) o la Dorothy Jemison Foundation for Excellence. Además, Jemison consiguió inspirar a otras mujeres afroamericanas, como Stephanie Wilson y Joan Higginbotham, para abrirse camino en la ciencia y en la profesión de astronauta.
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