Mientras que el presidente de los Estados Unidos crea un grupo de expertos a su medida para que nieguen los efectos del cambio climático, una adolescente sueca se moviliza para reclamar a los políticos que actúen para frenar el desastre medioambiental. Greta Thunberg versus Donald Trump. ¿Serán trasuntos de David y Goliat? ¿Se impondrá la estudiante al gigantón pletórico de ínfulas y despropósitos?
Por de pronto, la movilización iniciada por Thunberg está llevando a la movilización de estudiantes en gran parte del mundo. Marchas multitudinarias exigiendo la salvación del planeta y, por ende, de sus habitantes. Trump no solo se empecina en minimizar las catástrofes climáticas sino que, tan corto de miras es, que a su equipo ad hoc le encarga que examine exclusivamente si el cambio climático afecta la “seguridad nacional”. Da por sentado, pues, que Estados Unidos vive aislado, en una burbuja a la que nada exterior puede perturbar. Que el resto del mundo le importa un comino está demostrado, pero que se abstraiga hasta tal punto de lo real es más que preocupante.
Entretanto, Greta Thunberg ha intervenido en un acto organizado en Bruselas por el Comité Económico y Social Europeo en el que también estaba presente Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. Una joven de 16 años se ha hecho oír en un foro importante, ha advertido a los poderosos que si no luchan efectivamente contra el cambio climático perpetrarán “el fracaso más enorme de la historia humana”.
Donald Trump también se habrá enterado no porque sea un hombre que lea y piense, ya que al parecer se alimenta esencialmente de Twitter, sino porque la sensatez y la valentía de Greta Thunberg no solo ha merecido la atención de la prensa sino que ha ocupado espacio en las redes sociales. No sabemos hasta cuándo podrá Trump seguir con su peligroso desatino, sin embargo, es de desear, cabe esperar que la gigantesca estupidez sea vencida.
