Muchos de los grandes científicos y científicas como Marie Curie, Rosalind Franklin o Stephen Hawking reconocieron su interés por la ciencia desde muy pequeños y resaltaron la importancia de vivir experiencias científicas desde edades muy tempranas. En esta línea, un artículo publicado en la revista Life Sciences Education concluyó que los estudiantes que demuestran mayor interés y talento en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) se muestran atraídos por estos campos principalmente a través de experiencias extracurriculares. Por este motivo no debe extrañarnos que cada vez sea más habitual plantear a los niños y niñas opciones de ocio vinculadas a la ciencia, la ingeniería, las matemáticas o la tecnología.
Una de estas alternativas para estas navidades la proporciona la empresa telefónica BQ que organiza su Campus BQ para que niños y niñas entre 8 y 14 años puedan disfrutar de la combinación de ciencia, tecnología y diversión. A través de talleres de robótica, realidad virtual y programación, entre otros, los participantes pasan de ser usuarios de tecnología a ser sus creadores, cooperando con sus iguales para solucionar problemas cotidianos o plantear alternativas a necesidades reales.
Mediante iniciativas como esta, la corporación busca promover las vocaciones científicas entre los más jóvenes, proporcionando oportunidades para que desarrollen sus conocimientos de ciencia, tecnología y matemáticas desde una perspectiva artística y creativa que permita dar respuesta a problemas o situaciones cotidianas.
Campus BQ no es la única iniciativa educativa que fomenta la compañía, que cuenta con otros proyectos educativos como es la actividad extraescolar de la Academia bMaker o los talleres de robótica Zowi con la Fundación Síndrome de Down.
Iniciativas como estas dan sentido a la visión que tienen como corporación al considerar que “la tecnología abre puertas y genera posibilidades” y que debe servir para transformar el mundo para que sea más justo e igualitario.
