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En artículos anteriores podíamos ver que por poco pero constante que dedicáramos a cuidar nuestra salud podríamos mejorar en muchos aspectos y podríamos reducir riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares. Entre otras opciones podríamos escoger entre caminar o practicar algún deporte. Pero ¿y si incluyéramos una constante en nuestro día a día que nos ayudara a ello? ¿Algo que sea un hábito saludable sin que nos diéramos cuenta que es una rutina de deporte?

En el artículo “The effects of transport mode use on self-perceived health, mental health, and social contact measures: A cross-sectional and longitudinal study” [Los efectos del uso del modo de transporte en las medidas autopercibidas de salud, salud mental y contacto social: un estudio transversal y longitudinal] publicado en la revista Environment International por un equipo liderado por Ione Avila-Palenia, investigadora del Parco Biomédico de Barcelona Campus Mar se publican los resultados de un proyecto europeo que ha llevado a cabo un estudio longitudinal para analizar la relación entre el medio de transporte utilizado en la ciudad (metro, coche, bici, a pie) y la salud mental (ansiedad, depresión, vitalidad, estrés, entre otras) y las relaciones sociales existentes . Para ello se contó con 8802 participantes de siete países de Europa.

El análisis realizado concluyó en todas las ciudades que la bicicleta se relaciona con una mejor salud mental, menos estrés y menor sensación de soledad. También obtenía resultados positivos el desplazamiento a pie. Que el estudio se llevara a cabo en siete ciudades (Barcelona, Londres, Antwerp, Zürich, Viena, Roma y Örebro) y que las conclusiones coincidieran tanto en torno a los beneficios en la salud del uso de la bicicleta puede ser útil en crear una cultura de uso de este medio de transporte a gran escala. Tal y como comenta la autora principal del estudio, el uso de la bicicleta es parte de la cultura de países como Holanda o Dinamarca, pero se podría extender su uso en las demás ya que se ha demostrado que hacerlo conlleva un menor índice de masa corporal y también se vería reducido  el número de víctimas de accidentes de tráfico.

El uso adecuado de la bicicleta, utilizando el equipamiento correcto y respetando las normas de tráfico junto a condiciones seguras para todas y todos los ciclistas con ampliaciones de los carriles bici y un poco de solidaridad y concienciación de toda la ciudadanía a pie, al volante o pedaleando, podría hacer de este hábito tan saludable una norma para que mejoren nuestras ciudades y nuestras vidas.

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