Desde su expansión global en el ámbito televisivo, alrededor de los años 70, las telenovelas han influenciado a la cultura e incluso comportamiento de una audiencia mundial.
La hipótesis que trata de predecir este efecto que causan los mensajes de los medios en la sociedad basado en los prejuicios personales es conocida como percepción de la tercera persona. Dicha influencia tiende a manifestarse en una sobreestimación de la propia persona sobre el efecto del mensaje comunicado. Es decir, uno mismo o una misma considera que otras personas se ven más afectadas por los medios que ellos, para, de este modo, proteger su autoestima.
Sin embargo y contrariamente a la percepción del ego propio, hay estudios que demuestran la sugestión del carácter al contenido audiovisual consumido. Se ha demostrado que las chicas en edad universitaria pueden reducir su propia percepción sexual con la exposición de figuras femeninas hipersexualizadas en telenovelas; género que, por sus situaciones triviales, típicas y dramáticas, tiene aún mayor influencia en un individuo. Por otro lado, también se ha probado su influencia en una cultura o comunidad. Con sujetos de procedencia Latino Americana y en un contexto de susceptibilidad, habiendo emigrado a un país extranjero, España, fue probado que las Telenovelas ayudan a crear identidades especialmente en estas comunidades.
Con el objetivo de mitigar la percepción de la tercera persona, existen mecanismos de preservación del autoestima, llevados a un dominio interno.
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