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Se vuelve a cometer ahora el mismo error que en los inicios de la preocupación por el SIDA. En cuanto aparecieron los primeros indicios de su transmisión sexual se atribuyó a los homosexuales. Eso perjudicó muchísimo a homosexuales, pero también a heterosexuales que siguieron actuando durante un tiempo como si no tuvieran peligro mientras se contagiaban de forma en aquellos tiempos irremediable.

¿Por qué se vuelve ahora a cometer el mismo error? Esa afirmación solo estaría justificada si se hubiera probado empíricamente que las relaciones homosexuales contagian y no las heterosexuales, la información de la que hasta ahora se dispone no permite esa atribución. Las causas son varias y aquí solo planteamos una muy censurada y que perjudica mucho de nuevo a personas homosexuales y de cualquier opción sexual incluyendo las heterosexuales.

Desde el principio de una alarma sanitaria con indicios de transmisión sexual está claro que eso depende de con quiénes se tienen relaciones, siendo las más peligrosas con personas ya contagiadas o con más riesgo de estarlo, especialmente si ocultan esa situación. Ese efecto es muy frecuente en los ligues despreciativos de la marcha nocturna que tanto ha promocionado el capital depredador. Fue el capital depredador el que al principio del SIDA hizo todo lo posible por mantener su negocio mientras se seguían considerando inmunes las relaciones en su contexto siempre que fueran heterosexuales. Así se contagiaron y murieron muchas personas.

Volver a atribuir los contagios a las relaciones homosexuales sin evidencia científica que lo avale no solo fomenta la homofobia, sino que también perjudica muy gravemente a las personas heterosexuales.

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