El devastador terremoto que asoló el sur de Turquía y el norte de Siria el 6 de febrero ha matando a más de 20.000 personas en ambos países, y aún hay un número desconocido de personas bajo los escombros.
Las familias que ahora viven en alojamientos organizados apresuradamente en el zoco Al Khalil de Alepo no tienen otro lugar a donde ir y no pueden o tienen miedo de regresar a sus hogares dañados o destruidos por el terremoto.
Un equipo de ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados y su socio, la Media Luna Roja Siria, pudieron distribuir ayuda urgente a los refugiados en una mezquita el miércoles. Desde el lunes, ACNUR y sus socios han estado distribuyendo reservas de suministros de emergencia como mantas térmicas, colchonetas, lámparas solares y ropa de invierno a los sirios afectados por el terremoto.
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