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Esta semana presentaba Unicef un nuevo informe que muestra la desigualdad que existe entre niñas y niños en la adquisición de habilidades matemáticas. Una diferencia de resultados en el aprendizaje de las matemáticas que señala está presente en los niñas y niños del mundo.

El informe Solving the equiations: Helping girls and boys learn mathematic, subraya la importancia del aprendizaje de las habilidades matemáticas, que potencian a su vez la memoria, la comprensión y el análisis, al mismo tiempo que mejoran la capacidad creativa de las niñas y los niños. Advierte que carecer de conocimientos básicos y otros aprendizajes fundamentales puede comportar dificultades para llevar a cabo tareas esenciales para la vida, como la resolución de problemas o el seguimiento de un razonamiento lógico.

También incluye nuevos análisis de datos que engloba a más de cien países y territorios. Por un lado, muestra que en 34 países de ingresos medios y bajos, las niñas se encuentran detrás de los niños, y tres cuartas partes del alumnado de 4º curso no está adquiriendo las habilidades aritméticas básicas. Mientras que datos de 79 países de ingresos medios y altos revelan que más de una tercera parte del alumnado de 15 años aún no ha alcanzado el nivel mínimo de competencia en matemáticas.

Alerta que en todo el mundo las niñas se están quedando rezagadas en matemáticas con respecto a los niños, fundamentalmente debido al sexismo y a los estereotipos de género. Es decir, la construcción de una diferencia de percepción sobre la capacidad intelectual que tienen las niñas y los niños. Lo cual tiene que ver con las interacciones sociales que se promueven en el entorno en el que crece y se desarrolla la infancia, y las expectativas. Es decir, cómo las imaginamos, qué trabajos pensamos que tendrán o las actitudes que ven en las personas de su género. 

Algo que la investigación ha demostrado que empieza a construirse en la etapa educativa de infantil, al comprobar como a los 6 años las niñas ya están preparadas para incluir a un mayor número de niños  en la categoría de muy muy listos, y alejarse de los juegos destinados a los muy, muy listos.  Experiencias que se van acumulando en sus esquemas cognitivos y hace que las niñas interioricen que los aprendizajes de ámbito científico o eso de ser tan inteligentes no va con ellas. Ideas que se comienzan a provocar que surjan estas diferencias, y que pueden acompañar toda la vida. A no ser que se ofrezca una respuesta educativa transformadora que trabaje y consiga evitar que las niñas construyan esta visión de sí mismas como menos capaces y menos inteligentes.  

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