
La genetista Kono Yasui nació en 1880, en Japón y fue la primera mujer japonesa en doctorarse en ciencias con una memoria centrada en el estudio de la estructura del lignito, el carbón y el carbón bituminoso en Japón.
Desde niña, mostró gran inteligencia y pasión por los estudios. En 1898 se matriculó en la Escuela Superior para Mujeres de Tokio.
Comenzó sus investigaciones, pero tuvo grandes dificultades en este campo. Después de tres años se propuso un curso de posgrado, así se convirtió en la primera mujer en ingresar a este programa de estudios con una especialización en investigación científica.
Supervisaba sus trabajos el profesor Tomotaro Iwakawa, quien encaminó sus talentos hacia la zoología y la botánica. En ese primer año de trabajo se especializó en el aparato weberiano.
De nuevo, fue la primera, esta vez la primera mujer que conseguía publicar un artículo científico en Zoological Science, revista académica japonesa. La Escuela Superior para Mujeres le ofreció un puesto como profesora asistente. Finalmente, ella redirigió sus pesquisas hacia la citología y embriología de algunas plantas.
En 1914, se propuso realizar un viaje que la llevaría a varias universidades internacionales para ampliar sus perspectivas y conocimientos. Sin embargo, una vez más y a pesar de ser una de las personas con más talento de su país, los prejuicios del Ministro de Educación por ser mujer estuvieron a punto de impedirle el viaje. Pero la intervención de otros investigadores masculinos a su favor, logró que las autoridades cedieran.
Sin embargo, impusieron varias condiciones a la científica. Kono debía cursar «investigación de la economía doméstica» de conjunto con sus otras obligaciones académicas. Además, tuvo que comprometerse a que no se casaría. Aceptó las condiciones y emprendió su travesía.
Estuvo en Alemania y EE.UU, donde participó de proyectos de investigación en biología molecular. De regreso a Japón, le ofrecieron formar parte de uno de los departamentos de estudio de la entonces Universidad Imperial. Al mismo tiempo, continuó en la Escuela Superior para Mujeres como profesora de genética y biología celular. Aunque era la mejor en su campo de trabajo, no consiguió nunca la titularidad del puesto.
A lo largo de su carrera, la científica abrió el camino de la investigación y la enseñanza para muchas otras mujeres. Consiguió publicar un total de noventa y nueve artículos y fundó Cutologia, una revista académica centrada en la botánica japonesa.
Fue muy reconocida en los últimos años de su vida, le otorgaron la Medalla de Honor de Japón, en 1955 y obtuvo la Orden de la Corona de tercera clase, en 1965.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)
- Más