En este mismo medio y sección se ha hablado explícitamente de una de las cualidades que caracteriza a las Nuevas masculinidades Alternativas. La seguridad en sus actos da atractivo a aquello que hacen y defienden y los convierte en un ejemplo a seguir.
En la lucha contra la violencia de género, el posicionamiento NAM y que este se extienda entre los hombres es clave para el objetivo final de su erradicación. Este posicionamiento debe existir, también, cuando los ataques van dirigidos de mujeres a hombres que nunca han ejercido la violencia con el único argumento de que son hombres.
En determinados ambientes del feminismo, pero también en espacios más privados como grupos de amigas y amigos, grupos mixtos, reuniones de trabajo, etc. un posicionmiento feminista por parte de un hombre puede ser ninguneado, o rebatido con ofensivas que tienen el discurso de fondo del “todos sois iguales” o “qué fácil es hablar desde el patriarcado”; dicho de otra manera, las opiniones de los hombres no cuentan por el simple hecho de ser hombres. Aún es más, los hombres igualitarios y majos son utilizados como diana de los ataques de personas que no son tan igualitarias y que descargan toda la culpa del patriarcado sobre ellos. Las mismas personas que realizan estos embates no son tan duras cuando se trata de hombres modelos de masculinidad hegemónica.
En el artículo Stop Blaming me for What Others Did to you: New Alternative Masculinity’s Communicative Acts Against Blaming Discourses que ya ha sido citado en este mismo medio se analizan ejemplos de estas situaciones, y se evidencia cómo las respuestas seguras y libres de violencia de las NAM consiguen transformar la situación inicial. Una respuesta posicionada, argumentada y no violenta, antes estos ataques, supone también un paso más en la lucha contra la Violencia de Género.
Las NAM son aliadas de las mujeres en la lucha feminista, y perfectos representantes de los valores que esta implica. Son la única alternativa a las dos caras de la misma moneda que són las masculinidades tradicionales, por eso no tolerarán ataques basados en generalizaciones casposas y no igualitarias como las analizadas en el artículo.
¿Verdad que mis alumnos de primaria, que están aprendiendo a ser hombres, que tienen la posibilidad de socializar en valores igualitarios, que tienen la posibilidad de aprender a posicionarse ante la violencia con una actitud segura, que tienen la posibilidad de ser Nuevas Masculinidades Alternativas, no merecen ser metidos en el mismo saco que aquellos hombres violentos que ejercen la Violencia de Género, o que la permiten con su silencio? Serán hombres, pero no tienen ninguna culpa de lo que ha perpetrado el patriarcado a lo largo de la historia de la humanidad. No son responsables de los hechos de los hombres de todos los tiempos. No sería justo negarles la oportunidad de convertirse en hombres igualitarios, seguros y posicionados ante la Violencia de Género. No lo hagamos, no lo hagáis. No les culpemos por lo que otros hicieron.
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