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Uno de los estudios longitudinales más largos que se han realizado analizó los factores que contribuyen en mayor medida a nuestra salud y felicidad, concluyendo que son nuestras relaciones cercanas de calidad las que marcan una vida feliz y sana. Un NAM (Nueva Masculinidad Alternativa) que se quiere cuidar y conoce estas evidencias puede decidir cultivar y priorizar a sus amistades en función del tipo de relaciones que establece con ellas, pudiendo preferir pasar más tiempo con aquellas personas con las que comparte valores como la solidaridad y la libertad, y que le aportarán más seguridad y atractivo.

Cuando se habla de cuidarse, generalmente, se concibe como realizar una serie de acciones que contribuyen a una mejora de diversos aspectos personales, sobre todo a nivel físico. Pero estos comportamientos, cuando los situamos en las masculinidades, no son exclusivos de las masculinidades dominantes. Quizá, entonces, lo que diferencie uno u otro tipo de “cuidarse” radique en el objetivo que nos lleva a hacerlo. ¿Cuidarse para tener éxito? ¿No me cuido porque siento que no gusto?

Cuando hablamos de relaciones entre chicos y hombres, las relaciones que generan fortaleza, seguridad y que se traducen en actitudes que resultan más atractivas son las relaciones entre NAMs, ya que están basadas en la solidaridad y la libertad. Es esto lo que lleva a un hombre a decidir cuidarse más, por ejemplo, físicamente. Es porque nos sentimos seguros, que nos queremos cuidar más, y no al revés. 

Conversaciones frecuentes y profundas que podamos mantener sobre hábitos que mejoren nuestra calidad de vida son posibles con personas que nos aprecian y nos generan salud. Este tipo de conversaciones transformadoras solo las tienen las masculinidades alternativas. Podemos vernos beneficiados de hacer ejercicio de manera más frecuente e intensa, y gracias a relaciones de calidad podemos hacerlo desde el apoyo y no desde la competitividad o el culto a un cuerpo estandarizado. 

Un hombre puede querer profundizar en sus hábitos nutricionales, decidiendo por ejemplo comer menos procesados o alcohol. Para otro hombre, puede ser importante hacer ejercicio todos los días. En cualquier caso, la forma en que se cuida un NAM no tiene una forma definida, sino que su distintivo es la manera en que lo hace: desde la seguridad, la amistad y la no competitividad. Gracias a los diálogos, un hombre puede decirle a sus amigos que ha decidido que no beberá más alcohol, y contagiarles, si ellos lo eligen, de este deseo de mejorar y cuidarse más.

Cultivar amistades entre hombres desde esta perspectiva transformadora y tan deseable nos hará aumentar nuestra seguridad, nuestro atractivo y nuestra salud en todos los sentidos.

A nivel educativo, ofrecer a los chicos y chicas, desde las primeras edades, la posibilidad de poder elegir pasar más tiempo, con aquellos que sientan que más felices les van a hacer, tendrá también un efecto positivo en su salud. Así, por ejemplo, si educamos desde casa y las escuelas en actitudes NAM, estaremos promoviendo que pasen más tiempo con personas valientes, divertidas y buenas, lo cual les reportará salud física y mental puesto que se apoyarán mútuamente y desarrollarán relaciones de calidad.

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