El delito de la trata de personas es uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan las personas cuando se ven obligadas a desplazarse y migrar de sus países huyendo de la violencia. Una vulnerabilidad que aumenta en el caso de las mujeres y niñas quienes, representan, según UNODC, el 51% en el caso de las mujeres y el 31% las menores en países de Sudamérica.
El sub-registro del delito, tal y como lo explicaba Gilberto Zuleta, Oficial Regional del Programa Global contra la Trata de Personas de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), con motivo del 30 Periodo de Sesiones de la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal (CCPCJ) genera como consecuencia, un desconocimiento del perfil de perpetradores y víctimas imponiendo a los Estados una serie de desafíos. Por otra parte, cobra una especial importancia la cooperación internacional ya que el tráfico funciona desplazando a las víctimas de un país a otro, y es crucial implementar soluciones que salvaguarden los derechos humanos más allá de las fronteras de un determinado territorio.
Track4tip es una iniciativa de la Oficina de la Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) que recibe apoyo del Departamento de Estado estadounidense y cuyo propósito es combatir la trata y el tráfico de personas a través de la mejora de las respuestas de la justicia penal que se aplica al tráfico y la explotación de seres humanos en una serie de países por los que atraviesan esas rutas migratorias, desde un enfoque multidisciplinar y centrado en las víctimas. El proyecto, que daba comienzo en 2019 tendrá finalización en 2022, se desarrolla en 8 países de América del Sur y el Caribe. La idea es identificar, prevenir y enjuiciar casos y, para ello, se ha propuesto, en primer lugar, mejorar la identificación de las supervivientes a través de procesos que, a su vez, las protejan mejor, independientemente de si se encuentran en los puertos de entrada, un punto de tránsito o la comunidad de destino. En segundo lugar, brindar a las autoridades policiales y fiscales de los países beneficiarios información rigurosa y basada en evidencias sobre el modus operandi de las redes criminales o personas asociadas con la trata de personas. En tercer y último lugar, promover nuevas investigaciones y aumentar los enjuiciamientos por casos de trata de personas.
Trac4tip opera en países de América del Sur y el Caribe, sin embargo combatir la trata de personas es una asignatura pendiente para casi todos los Estados de la aldea global. Está en juego el futuro de millones de personas, especialmente mujeres y niñas y niños, con el impacto y las consecuencias que se derivan a nivel social. Por ello, tal y como declaró en el 30 Periodo, Elizabeth Salmón, Directora Ejecutiva del Instituto de Democracia y Derechos Humanos en la Pontificia Universidad Católica del Perú, no sólo es importante hacer hincapié en el rol de las autoridades judiciales, sino en las obligaciones generales y específicas que los Estados tienen de respetar y garantizar sus derechos y libertades.
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