Según la OMS, el edadismo surge cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir las personas por atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia, y menoscaban la solidaridad intergeneracional, perjudicando también, nuestra salud y bienestar. El edadismo se manifiesta a través de los estereotipos, los prejuicios y la discriminación hacia las personas en función de su edad, ya sea a nivel institucional, interpersonal o autoinfligido, y las mujeres, debido a su intersección con el sexismo, el racismo y el capacitismo, se llevan la peor parte. No obstante, en los peores momentos de la crisis de salud que actualmente vivimos por la COVID-19, hemos sido testigos de cómo puede afectar a unas personas y otras.
En la Estrategia y plan de acción mundiales sobre el envejecimiento y la salud, y mediante el Decenio del Envejecimiento Saludable (2021-2030), los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocieron que el edadismo dificulta la formulación de políticas eficaces así como la adopción de medidas relativas al envejecimiento saludable. El problema es lo suficientemente importante como para que la OMS, junto con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas y el Fondo de Población de las Naciones Unidas pusieran en marcha una campaña mundial para luchar contra el mismo.
El pasado mes de marzo, desde la iniciativa de estas organizaciones, se publicó el Informe mundial sobre edadismo dirigido a quienes se encargan de formular políticas, a profesionales, personas investigadoras, organismos de desarrollo, miembros del sector privado y la sociedad civil. El documento, además de definir la naturaleza del edadismo, la escala, los efectos y sus determinantes, recoge las estrategias basadas en evidencias más eficaces para su erradicación y, en base a ello, una serie de recomendaciones.
En este sentido, destacan como fundamentales las intervenciones desarrolladas en los ámbitos de la política y la legislación, la educación y el contacto intergeneracional y recomienda llevar a cabo una serie de actuaciones con el fin de ayudar a las partes involucradas en la lucha frente al edadismo, que son las siguientes:
- Invertir en estrategias preventivas basadas en evidencias científicas.
- Mejorar los datos y las investigaciones para comprender mejor el edadismo y la manera de erradicarlo.
- Crear un movimiento para cambiar el discurso sobre la edad y el envejecimiento.
Bajo el lema Crearemos entre todas y todos un mundo para todas las edades, este trabajo proporciona una herramienta para luchar contra el edadismo. A través del mismo se puede diseñar un marco de acción llevando a cabo las actuaciones basadas en evidencias que se exponen y que demuestran ser eficaces en su prevención, así como desarrollar las líneas de investigación que deja abiertas, encaminadas a su erradicación.
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