El historiador con sede en El Cairo, Heba Abd el Gawad, del University College de Londres, cuenta la historia de una excavadora de la década de 1880 que trabajó con el egiptólogo y eugenista Flinders Petrie. Lamentablemente, nunca sabremos quién era porque los registros solo incluyen el nombre de su padre: Mohammed Hassan. Habría tenido que proporcionar su nombre para conseguir un trabajo, una práctica que todavía existe en algunos países. Petrie nunca se molestó en preguntar el nombre real de su colega, explica el Gawad.

Según Nature las historias orales en diferentes idiomas pueden servir como fuentes de información, al igual que los artefactos personales, que pueden incorporarse a archivos, dice Sarah Qidwai, historiadora de la Universidad de Toronto, Canadá. Una próxima enciclopedia de cinco volúmenes, una colección de fuentes primarias de material científico, incluidas fuentes escritas, imágenes y enlaces a audio y otro material, se publicará en los próximos años.

Cada vez en más partes del mundo se están reivindicando, estudiando y nombrando investigadoras que bajo el anonimato han desarrollado importantes contribuciones históricas y siguen aún escondidas o desconocidas. Campañas como la de #NoMoreMatildas están teniendo un impacto enorme en el presente y el futuro profesional y científico de las niñas. Al mismo tiempo, la historia de la ciencia está trabajando a gran velocidad para conseguir poner de relieve una historia más diversa, inclusiva y global.

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