La violencia de género entre las mujeres jóvenes es un problema creciente en todo el mundo. Ya existen muchos estudios en la literatura científica sobre las consecuencias de la victimización que estas mujeres tienden a sufrir, entre las que destacan los resultados negativos para la salud. Son diversos los factores que influyen en este problema. Uno de los que destacan las investigaciones es la socialización en un discurso coercitivo dominante, que asocia la atracción afectivo-sexual hacia los hombres con actitudes y comportamientos violentos, mientras tiende a vaciar de atractivo a hombres con comportamientos igualitarios.
Dado que este discurso coercitivo puede estar dando forma a las preferencias sexuales de las chicas jóvenes, en el artículo, Female university students’ preferences for different types of sexual relationships: implications for gender‑based violence prevention programs and policies, las autoras analizan las preferencias de mujeres jóvenes hacia diferentes tipos de relaciones sexuales y, más particularmente, hacia qué tipo de relaciones afectivo-sexuales preferían coercitivamente hombres con actitudes y comportamientos violentos.
Para dicho objetivo, se realizó un estudio viñeta cuantitativo de diseño mixto con 191 mujeres universitarias en España. El análisis fue solo de respuestas sobre viñetas, incluidas narrativas de hombres con actitudes violentas. Además, el estudio examinó si las participantes mostrarían preferencias coercitivas más altas por los hombres violentos cuando se les preguntara sobre las preferencias coaccionadas de sus amigas, que cuando se les preguntaba sobre sus propias preferencias.
A nivel de resultados, solo el 28,95% de las participantes respondió que sus amigas preferirían un joven con comportamiento violento para una relación estable, mientras que el 58,42% lo haría para ligar. Al informar sobre sí mismas, la diferencia fue mayor: el 28,42% preferiría un joven con comportamiento violento para ligar y solo el 5,78% para una relación estable.
Estos resultados permiten concluir que el discurso coercitivo dominante que vincula el atractivo a personas con actitudes y comportamientos violentos puede estar explicando los resultados obtenidos en este estudio. Los hallazgos pueden ayudar a eliminar el estereotipo ampliamente adoptado por algunos programas de intervención y prevención que asumen que la violencia de género ocurre principalmente en relaciones estables y consideran que el enamoramiento es el motivo que lleva a las mujeres a sufrir violencia. Los resultados de este estudio también pueden ayudar a las y los profesionales de la salud y a otras personas que atienden a mujeres jóvenes a mejorar su identificación de la victimización por violencia de género. Además, estos hallazgos apuntan a la necesidad de incluir la evidencia de la violencia de género en las relaciones esporádicas, en los programas y campañas de prevención dirigidos a las chicas jóvenes.
