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Wikimedia Commons // Teatro Real de Madrid

El pasado domingo, el Teatro Real de Madrid fue polémica cuando se vio obligado a cancelar la función después de que parte del público protestara por considerar que las medidas sanitarias requeridas por la pandemia de la COVID-19 establecidas por la institución no eran suficientes. Según la denuncia de algunos espectadores y espectadoras, algunas de las plantas del teatro de los pisos superiores y, en menor medida, en el patio de butacas, no se respetaba la distancia de seguridad entre personas que no habían ido juntas a disfrutar de la ópera.

Estas protestas han obligado a la dirección del teatro a reaccionar y a repensar las medidas para que el público se sienta seguro y tranquilo. Y, aunque, según Europa Press, Gregorio Marañon, presidente del Teatro Real, volvía a afirmar y aseguraba que el domingo se había cumplido con las medidas sanitarias en cuanto al aforo y a la distancia entre espectadores, lo cierto es que éstas se han tenido que extremar para empatizar con un público que sí quiere ir al teatro y disfrutar de la cultura, pero sintiéndose tranquilo y seguro respecto a posibles contagios durante las actuaciones. 

Así pues, una vez reinventadas y extremadas las medidas, el Teatro Real ha vuelto a abrir sus puertas con “Un ballo in Maschera” bajo la dirección musical de Nicola Luisotti y Lorenzo Passerini. La producción que abre la temporada con Gianmaria Aliverta como director de escena, está ambientada en las luchas del siglo XIX entre el norte y el sur en Estados Unidos, traslada la acción a la época de Abraham Lincoln con la abolición de la esclavitud como telón de fondo.

Aunque la ley permite un aforo del 75%, el Teatro Real decidió tomar la medida de limitar al 65% el aforo en todas las zonas. Otra medida de seguridad ha sido la de evitar aglomeraciones. Los espectadores podían ir llegando al teatro poco a poco desde las 19h de la tarde, una hora antes del inicio de la función. Aún así, ha habido un porcentaje de devoluciones. Fuentes de la institución han informado a Europa Press que el total de las entradas vendidas ha sido de 804 que corresponden a un 45,67% del aforo del teatro.

La función se desarrolló con éxito, entre aplausos y emoción, y el público disfrutó desde un primer momento del espectáculo. La cultura puede ser o no ser segura. Eso dependerá de las medidas que establezcan los responsables de los teatros, cines, etc. y de la responsabilidad individual de su público. Lo que está claro es que un público exigente provoca mejoras de las medidas sanitarias y minimiza los riesgos de contagio. Eso es lo que debería ocurrir en todos los demás ámbitos. 

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