
Maryam, pseudónimo, es una desarrolladora de videojuegos que últimamente ha recibido insultos y difamaciones en Internet. Una situación que denuncian muchas mujeres que trabajan en la industria o están en el mundo del videojuego. Denunciar el sexismo y el acoso hacia a las mujeres tiene un riesgo elevado para la denunciante y su entorno, pero al mismo tiempo contribuye a mejorar la sociedad para otras mujeres. Algunas víctimas no saben o no se atreven a denunciar o informar de lo que sucede, pero este no es el caso de Maryam. Es necesario generar redes de apoyo y solidaridad en torno a las víctimas y rechazar a las personas que perpetúan los acosos.
A lo largo de la historia, en el mundo del videojuego se han registrado campañas de ciberacoso como las que sufre Maryam. GamerGate fue una de las campañas de hostigamiento más conocidas en el que atacaron a varias mujeres en la industria de los videojuegos, como a las desarrolladoras Zoë Quinn y Brianna Wu. Una campaña iniciada en 2014 después que el ex-novio de Zoë empezara a mentir y a hablar despectivamente de ella.
Estas campañas son justificadas o negadas por las propias personas acosadoras e incluso a veces acusan a las mismas víctimas de crearlo, esto es lo que sucedió con GamerGate. La investigación científica “White Masculinity, Creative Desires, and Production Ideology in Video Game Development” [Masculinidad blanca, deseos creativos e ideología de producción en el desarrollo de videojuegos] señala cómo las personas agresoras de GamerGate tienen un problema al no reconocer el acoso que ejercen a través de sus discursos y prácticas.
Ante esta situación algunas personas periodistas quieren dar a conocer la noticia para visibilizar la situación. No obstante, en lugar de pensar cómo se puede informar del acoso a la par de cómo se protege a la víctima siguiendo los criterios internacionales deontológicos de la profesión, acaban generando textos periodísticos con titulares malos que acaban reproduciendo el acoso hacia la víctima. La mala praxis y la falta de posicionamiento en el periodismo hacia las víctimas, como se muestra en el estudio “News Coverage of Violence against Women: Engendering Blame” [Cobertura de noticias sobre la violencia contra las mujeres: Generar culpas] la violencia de género, escrito por Marian Meyers, pueden perpetuar o aumentar el acoso hacia las víctimas. Maryam se halló con esta mala praxis del periodismo y se encontró con más abusos después de la publicación de un mal titular.
Denunciar el acoso es importante, pero también lo es proteger a las víctimas. Unas víctimas que necesitan el soporte de la sociedad, que hasta el momento lo tienen de parte de las asociaciones y verdaderas amistades. Maryam tiene ese soporte de algunas asociaciones de mujeres desarrolladoras, pero es necesario que aumente ese posicionamiento favorable a las víctimas por parte de las empresas de videojuegos, colectivos fandom, periodistas, etc. Un posicionamiento claro previene las agresiones e incrementa la seguridad en las personas que desean denunciar.
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