Bitwise Industries es una empresa situada en el condado de Fresno, Estados Unidos. Es un territorio que incluye cuatro de las diez zonas más pobres de California, con una población de un millón de habitantes, la mayoría hispanos, de los cuales más del 20% vive bajo la línea de la pobreza. De allí es originaria Irma Olguin, cofundadora de la empresa Bitwise en 2013 que actualmente está valorada en 100 millones de dólares. Cuenta que, tras graduarse en Ciencias de la Computación e Ingeniería en Computación, decidió regresar a Fresno para impulsar su economía. Aunque, según asegura a la BBC, si no fuera por la beca que le concedieron para estudiar en la Universidad de Toledo, en Ohio, todo sería muy diferente.
Seguramente también lo consideren así más de 4.500 estudiantes que han egresado hasta ahora en el área educativa de Bitwise, o las personas que se han podido beneficiar de las iniciativas promovidas a raíz de la pandemia del covid-19 con la repartición más de 360.000 comidas, de las que se han beneficiado más de 10.000 familias con personas mayores o con riesgo de salud. O también, las personas usuarias de la aplicación para conectar a quienes han sido despedidos por los efectos económicos del coronavirus con las empresas que están contratando personal. Son ejemplos de proyectos con los que, a través de la tecnología que aboga por la diversidad, Irma y su equipo pretenden reconstruir las ciudades estadounidenses que están en desventaja, de una manera lo más justa e inclusiva posible.
Bitwise abarca tres áreas en su negocio: un centro de educación tecnológica, un centro de desarrollo de software y un negocio de propiedades comerciales. El área educativa imparte cursos de programación en el centro de Fresno. Ofrece cursos de lenguajes de programación como HTML y JavaScript, así como clases de mercadotecnia digital, emprendimiento y habilidades de computación en la nube de Salesforce. La otra división de la empresa se dedica al desarrollo de programas dirigidos a pequeñas y medianas empresas, en que la mitad de las personas empleadas son mujeres y el resto pertenece a minorías étnicas, a excepción de una quinta parte que son americanos y americanas de primera generación. Y en la tercera división están las inversiones inmobiliarias utilizadas para la transformación de edificios abandonados en espacios de oficinas, comercios minoristas y restaurantes.
Olguin señala que se trata de un modelo de negocio orientado a la comunidad, como respuesta para reconstruir el sueño americano. Seguramente, fruto de la inspiración al conseguir cumplir el suyo, ir a la universidad. Una opción nada fácil para ella como mexicoamericana de tercera generación y nieta de trabajadores del campo cuyas posibilidades son muy limitadas.
Ahora ya sueña con poder trasladar este modelo de reconstrucción de ciudad a otras ciudades del país con el fin ampliar un negocio que abre puertas a quienes lo necesitan.
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