Desde el año 2014, la institución “Independent Inquiry into Child Sexual Abuse” examina cómo las instituciones del Reino Unido cumplen con su deber de proteger a la infancia del abuso sexual. Su último informe revela que miembros del parlamento británico abusaron de menores y que poderosas figuras del gobierno se encargaron de encubrir sus crímenes durante décadas. Concluye que las figuras responsables de impartir justicia en estos casos hicieron la vista gorda ante las denuncias de pedofilia, haciendo fallar todos los mecanismos de protección a la infancia. 

Se han recogido los testimonios de 505 testigos para la elaboración, entre los que se cuentan 10 obispos, 3 arzobispos, un cardenal, 31 miembros del cuerpo de policía, 6 ex ministros, entre otros. El informe incide en que los principales fallos de las instituciones británicas para dar respuesta a las denuncias de abuso sexual infantil fueron el no reconocimiento de los hechos, minimizar su importancia incluso el encubrimiento activo a los perpetradores. 

Es el caso de Cyril Smith y Peter Morrison, miembros del parlamento que lograron puestos de mucho poder en el gobierno. El informe revela que sus partidos políticos ocultaron información a la policía, obstaculizando así la investigación de abusos sexuales a niños y adolescentes. Salen a la luz los esfuerzos de dicha organización política por encubrir los rumores sobre los delitos, en lugar de focalizar los recursos en realizar investigaciones formales que pudieran depurar responsabilidades.  

No importa el tiempo que haya pasado. A pesar de que algunos casos no sean recientes, las víctimas merecen justicia. Las víctimas piden una sincera disculpa por parte de quienes no las protegieron durante sus años más vulnerables y, en especial, que quienes actualmente ocupan cargos de responsabilidad no permitan la ocultación de ningún caso de abuso sexual infantil. 

Según señalan los medios, este informe revela un patrón de fallos encadenados a propósito de encubrir a quienes atentan contra la libertad, el bienestar y la seguridad de los niños y niñas. No se han hallado indicios de redes de pedofilia organizada en el interior del gobierno, pero las instituciones que velan por los derechos de la infancia no bajarán la guardia y continuarán investigando periódicamente casos de abusos sexuales hasta que, en un futuro, ningún niño o niña sea abusado. 

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